•Capítulo 3: Miedo•

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Narra Emma

Cuando Tn terminó de cambiarse por algo más cómodo, nos enseñó cómo preparar los dorayakis... Sin embargo no sé cómo, pero Draken y Mikey terminaron quemándolos y les quedó salado, salvo por el mío. A mí sí me quedó bien, sólo que me excedí un poco con el relleno del dorayaki.

—Yato, ¿me ayudas con esto? —le preguntó Tn

—Claro onee-chan. —accedió ayudándole a preparar el último dorayaki, ya que por desgracia los demás tuvimos que botarlos, y Tn junto a su hermano hicieron todo de nuevo

—Ufff... Hacer postres resultó ser más difícil de lo que pensé. —comenté suspirando cansada

Vi como Tn tomó un trapo amarillo de la cocina, y cuando se disponía a limpiar el desastre la detuve tomándola de la mano.

—Nosotros haremos eso Tn, tú ya hiciste mucho al enseñarnos a preparar los dorayakis y hacerlos nuevamente. —dije viendo a Draken y Mikey seria, estos suspiraron y no tuvieron más opción que coger unos trapos amarillos para comenzar a limpiar

Tn asintió algo indecisa y se dirigió hacia Yato.

Luego de unos minutos esperando, por fin los dorayakis estuvieron listos, por lo que Tn y yo nos encargamos de poner únicamente tres dorayakis en cada plato para que así no se pelearan, pues le comenté que Mikey era fan del dorayaki y hasta hacía un escándalo cuando se trataba de comida.

Todos nos sentamos en la mesa y nos dispusimos a comer mientras charlábamos.

—Por cierto, ¿cómo le dirán a su abuelo que Yato y Tn se quedarán a partir de ahora? —el ambiente se tornó tenso debido a la pregunta de Draken

—No tienen que preocuparse en caso de que la respuesta sea negativa. —respondió Tn dando una pequeña sonrisa para aligerar el ambiente— Nos han dado de comer y curaron nuestras heridas sin pedir algo a cambio, estoy agradecida por ello y eso es más que suficiente para mí.

Es una buena chica, hasta parece irreal conocer a alguien así, sin antecedentes y de aparentemente buen corazón.

—Convenceremos a nuestro abuelo para que permita que se queden. Estoy segura de que aceptara, ¿no Mikey? —él asintió de acuerdo conmigo

Horas más tarde llegó nuestro abuelo diciendo que había salido a visitar a uno de sus amigos, claro que para eso Draken ya se había ido, por lo que Mikey y yo nos encargamos de explicar la situación para tratar de convencerlo... Cosa que fue un total éxito, pues obtuvimos el permiso de que Tn y Yato se quedaran en nuestra casa.

Al llegar la noche, la lluvia se detuvo y yo preparé la cena al ser mi turno. Hice algo más simple como huevo con pan y té de manzanilla.

Agradecimos por la comida y cenamos los cinco, el abuelo como siempre haciendo un interrogatorio a la pobre de Tn y Yato.

—Oi, Emma. —me llamó Mikey, yo arqueé una ceja— No revolviste mis huevos estrellados ni los reventaste. —apreté mi tenedor molesta ante sus quejas

¡Entonces que él se lo haga solito, ya no le cocino más!

—Si quieres yo puedo hacértelo. —se ofreció Tn al darse cuenta de mi mal humor y que estaba próxima a responder mal, iniciando una pelea— No tardaré na...

—No lo consientas tanto Tn, deja que él lo haga por sí mismo. —interrumpí

—Ugh, al menos déjame recibir amor de parte de Tn-chan. —se quejó Mikey haciendo un puchero totalmente infantil

 Mi Debilidad (Manjiro y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora