Mi Debilidad (Manjiro y tu)

•Capítulo 9: Quédate•

Narra Mikey

Me despedí de Ken-chin con una sonrisa y me di la media vuelta. Estaba de muy buen humor por haber terminado de comer, ahora sólo quería regresar a casa y tirarme en mi cama para dormir.

—¿Eh? —noté a Tn desde lo lejos—¡Oi, T...! —no pude terminar su nombre debido a que ella dobló por una esquina, desapareciendo de mi vista

Decidí seguirla para ver adónde se iría, ya que por esa dirección no quedaba nuestra casa.

¿Estaba entrando a una biblioteca? Qué raro, mayormente le pedía libros a Emma o al abuelo para distraerse.

Entré al lugar lleno de libros y mangas, buscando a Tn con la mirada y al no encontrarla caminé por los pasillos de manera curiosa. Sólo lo hacía porque quería saludarla, además de que no tenía nada mejor que hacer.

Al localizarla, preferí quedarme en silencio siguiéndola y observando sus movimientos, pues me gustaba observar su expresión pensativa, así como también cuando se molestaba o sonreía.

—Deja de seguirme, Mikey. —me sorprendí un poco al ver que ella logró notar mi presencia

—Oh, me descubriste. —le sonreí inocente

—¿Lo admites así de fácil? —me regañó casi en un grito

—¿Y tú qué haces aquí? —cambié de tema— Emma te prestaba sus libros, ¿no? —agregué

—Se supone que yo debo preguntarte eso. —negó con la cabeza levemente— Pero, hoy vine para comprarle la continuación de un manga que a Yato le gustó mucho.

—¿Manga?

—Sí, Chifuyu fue quien le enseñó todo eso a Yato. —respondió con una gotita de sudor en su sien

—Ahora dime. —me vio seria— ¿Qué haces tú aquí, Mikey?

—Ah, pues... ¡Vine por...! —pensé una excusa lo suficientemente creíble, o al menos lo suficientemente creíble para mí— Por un manga como regalo para el cumpleaños del abuelo...

—¿Eh? ¿El cumpleaños de tu abuelo ya está cerca?

—¡Sí! —respondí ocultando mi nerviosismo bajo una sonrisa. Hoy me di cuenta que era muy malo poniendo excusas— Algo así.

—¿Algo así? —repitió ladrando su cabeza levemente

—Este... Pues el cumpleaños del abuelo lo celebramos una vez al mes, ya que... Pues no sabemos cuándo de irá... —murmuré sintiéndome acorralado

Si Ken-chin estuviera aquí, seguro estaría matándose de la risa.

—¿Eh? —Tn me vio confundida, para luego soltar una pequeña risita— Está bien, sigue buscando el regalo del abuelo Sano.

Sonreí al ver que me creyó ciegamente, tal vez por la confianza que me tiene, pues no creo que haya sido por creer que somos raros en la familia.

—¿Tú lees mangas? —le pregunté queriendo sacar tema de conversación

—Uh, pues sólo me he leído algunos.

—¡Bien! —la tomé de la mano, jalándola hacia la zona de los mangas— Entonces me ayudarás a encontrar el regalo perfecto para el abuelo. Estoy seguro de que le gustará el género shōjo.

—¿Al abuelo Sano le gustan los mangas shōjo? —cuestionó mientras aún la seguía guiando— Eso no me lo esperaba.

—Siempre es bueno ver y experimentar nuevas cosas.

—Es verdad. —me apoyó

La solté apenas llegamos a la sección de mangas shōjo, ya que se encontraba por el lado contrario a los shōnen, sección donde Tn se encontraba anteriormente.

—Pero sí quieres puedes decirle a Chifuyu para que te ayude, yo no soy tan experta. —añadió apenada

—Chifuyu está con Baji, ¡no creo que venga rápido si lo llamamos! —exclamé sabiendo que en realidad Chifuyu estaba libre y de seguro se encontraba durmiendo

—No me sorprende. —susurró ella volteando hacia el estante de mangas shōjo

Me quedé un rato contemplado su rostro.

Sus rasgos por más que fuesen comúnes en su país, aquí eran únicos, algo que la hacía ver diferente y llamativa a vista de los demás japoneses, además de su cuerpo.

—Hmmm... —Tn estaba tan concentrada buscando el regalo indicado para el abuelo, que ni se dio cuenta que la miraba. —¿Qué te parece éste? —sacó un manga del estante

—A ver. —me acerqué un poco para ver la portada del manga

—Me he visto el anime, pero dicen que el manga es mejor.

—Bien, entonces le llevaremos este. —respondí para luego dirigirme a pagar, seguido de Tn, quien tenía el manga de Yato

—¿Eso es todo? —nos preguntó la recepcionista

—Sí. —contestamos al unísono

—De acuerdo, tengan. —nos entregó una bolsa con nuestros mangas dentro— ¡Vuelvan pronto! —exclamó cuando ya habíamos salido de su tienda

—Oh, mira. —Tn señaló una mariposa— Qué linda.

—Lo es. —sonreí con los ojos cerrados. Comenzamos a caminar luego de que la mariposa se alejara por los cielos

Me sentía tranquilo, ya no tenía esa presión en el pecho que me causaba irritación y molestia.

Tn había logrado sacarme del mundo oscuro en el que vivía. Esta sensación de paz me hacía sentir bien. Quería seguir así, tranquilo y feliz a su lado.

¿Será el momento indicado? Meh, no importa, no soy mucho de pensar con la cabeza, así que lo haré de una vez.

—Tn. —la llamé, a lo que ella volteó a verme

—¿Si?

—Quiero hablar contigo.

Ella alzó una ceja extrañada, más asintió y me siguió hacía un callejón, ya que no quería que me escucharan terceros o me interrumpieran.

—Tú... Ya sabes sobre Shinichiro, ¿cierto? —abrió sus ojos sorprendida— Emma me dijo que te contó cuando preguntaste por él.

—Uh, yo...

—Está bien. —la interrumpí rápidamente para que no pensara que estaba molesto con ella

—Desde que murió, siempre he sentido este vacío en el pecho. —estrujé mi polera, justo en el lado del corazón, manteniendo mi cabeza agachada— He intentado llenarlo, pero mientras más buscaba me preguntaba por qué debía seguir...

—Mikey. —ella me vio con pena, quería acercarse, pero la detuve volviendo a hablar

—Tal vez mis amigos o la ToMan me motivaba a seguir luchando, eso aún no lo sé... —levanté mi cabeza para verla fijamente a los ojos— Sin embargo, desde que llegaste junto a Yato, este vacío se ha echo más soportable, sigue estando allí, pero ya no duele tanto como antes.

Esta vez fui yo el que se fue acercando a ella. Podía notarla nerviosa, su rostro estaba sonrojado y sus ojos tenían un brillo tan fuerte que parecía estar a punto de llorar, o tal vez sí quería hacerlo.

—Sonará egoísta de mi parte, pero por favor sigue a mi lado. —fruncí mis cejas levemente, mostrando aflicción— No soporto cuando estás lejos o cuando otros se te acercan... Quiero seguir sintiéndome así, sólo junto a ti.

—Manjiro... —ambos nos estábamos viendo a los ojos, esperando que nuestros sentimientos se transmitieran a través de ellos

Tn pareció recordar algo, así que bajó su cabeza con tristeza.

Algo andaba mal, lo presentía. Es ese extraño presentimiento que te avisa cuando está por pasar algo que cambiaría el rumbo de tu vida de un momento a otro.

¿Qué está pasando?