•Capítulo 7: ¡¿Padres?!•

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Había llegado el día en el cual Yato iniciaría su primer día de escuela, así que Emma literalmente aprovechó en obligarme para que me fuera junto con Tn y Yato al colegio, acompañándolos.

Claro que, al ser un día normal para nosotros, luego de dejar a Yato me encontraría con Ken-chin de camino a mi respectiva escuela secundaria. Aunque ni sé por qué voy, ya que pese a no faltar casi ningún día, la mayoría de veces ni prestaba atención en clases debido a que me la pasaba durmiendo... Y comiendo también.

—¡Ay no! —Tn apareció por el pasillo con un mandil puesto— ¡Yato, a este paso vas a llegar tarde a tu primer día! —le regañó con cierto tono nervioso

Solté una risita, pues se suponía que en realidad Yato debería estar más nervioso que ella.

—¡Es que creí que me ibas a despertar, onee-chan! —se defendió Yato, haciendo su aparición con su uniforme de colegio y una corbata mal puesta

—¿Cómo te iba a despertar si estaba ocupada, eh Yato? —ella volteó a verlo con un cucharón en su mano, dando un aspecto amenazante

Seguro que los miembros de ToMan se cagarían del susto al verla. Ya me imagino la reacción de Chifuyu y Ken-chin, el primero que es bien asustadizo y el otro estaría desesperado sin saber qué hacer.

—¡Tenía que ayudar a Emma con el desayuno y planchar tu uniforme! ¡Lo dejaste todo arrugado después de que modelaras por toda la casa luciéndolo! —se excusó Tn

Así, ambos hermanos siguieron confrontándose mientras yo disfrutaba de mis huevos revueltos y mi cereal nueva edición de bolitas de chocolate con fresa en el centro.

Me fijé en el reloj que se encontraba en el centro de nuestra sala y tuve que golpearme el pecho para no atorarme con las bolitas de cereal, pues me exalté al ver la hora.

¡En verdad era tarde hasta para mí! Aunque me sentí algo indignado porque nadie me prestó atención cuando probablemente pude haber muerto atragantado por un estúpido cereal.

—Oigan. —llogré llamar su atención

—¿QUÉ? —me preguntaron ambos en un grito. Yo señalé el reloj tranquilamente y le di un último bocado a mi huevo

—Ya son las nueve, el colegio ya habrá cerrado. —informé sin nada de tacto

—¡Nooo! —Yato cayó de rodillas al suelo

—Lo lamento, Ayato. —se disculpó Tn de manera sincera al llamarlo por su nombre completo, sabiendo que este día era muy importante para él

—Se supone que debía ir hoy... La secretaria nos advirtió que no podía estar más retrasado en las clases o de lo contrario empezaría desde cero.

—Entonces trabajaré para ponerte en alguna escuela particular o pediré dinero prestado. —Tn intentó consolarlo, poniéndose en cuclillas para así abrazarlo maternalmente

—¡Onee-chan! —exclamó Yato con su voz quebrada, devolviéndole el abrazo a su hermana mayor. Les miré con lástima

—¿Eh? ¿Por qué están tan tristes? —cuestionó Emma llegando al comedor, seguido del abuelo

—E-es que... —Yato la vio con los ojos llorosos— Y-yo ya no podré ir hoy a la escuela.

—¿Por qué no? ¿Pasó algo malo? —vio preocupada al menor

—Lo que pasa es que ya es tarde y a esta hora el colegio ya ha cerrado sus puertas. —explicó Tn en tono bajito, luciendo con un semblante triste por la situación de su hermano

—¿Tarde? Pero si aún son las ocho.

—... ¿Qué? —ambos hermanos parpadearon varias veces, mirando a Emma confundidos

 Mi Debilidad (Manjiro y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora