CAPITULO 28

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Las grabaciones ya habían terminado y la novela pronto se empezaría a transmitir por la televisión.

En una revista habían publicado algunas fotos del viaje para promocionar la novela pero también una revista de chismes había publicado sobre un supuesto romance entre Manuel y Lucero alegando que habían estado muy juntitos durante todo el viaje.

- Pues claro que teníamos que estar juntos somos los protagonistas y un noventa por ciento de nuestras escenas las compartimos- explicó Manuel en una entrevista que le hicieron saliendo de su departamento- y mas ahora que estamos grabando escenas de nuestros personajes juntos-.

- ¿¡Entonces no hay ningún tipo de romance!?- le preguntaron.

- No, no lo hay- respondió serio y subió a su coche para irse.

Lucero estaba tranquila comiendo sola ya que Doña Silvia había viajado a España a grabar su nueva película. 

De repente empezó a escuchar que tocaban la puerta.

Lucero fue a abrir y como ya era costumbre se encontró a Luis ahí parado.

- ¿Qué mierda haces aquí?- le preguntó Lucero con fastidio.

El no respondió solo entró y empujó la puerta para que se cerrara.

Tomó a Lucero y la abofeteó causando que cayera al piso.

- Eres una maldita zorra- le dijo mientras Lucero lloraba-ya me enteré que hasta cama compartían tu y ese idiota-.

- ¿Quién te dijo?- le preguntó llorosa.

- ¿De verdad creíste que no me enteraría? Nunca me esperé esto de ti- le dijo- precisamente te escogí porque creí ingenuamente que al tener dieciséis años yo sería el primer y único hombre en tu vida pero ahora me doy cuenta que resultaste ser como todas las demás, una puta- esculpió.

Lucero se intentó levantar pero al hacerlo, Luis la volvió a tirar al suelo con otro golpe.

- ¡Deja de lastimarme!- exclamó Lucero.

- ¡Te quiero en el suelo maldita!- le gritó- Decidí que no me enfrentaré a tu querido Manuelito ya que el es hombre y lo mas seguro es que solo quería una cogida pero tu- la señaló- ¡Tu no debes estar buscando nada de eso!-.

Luis se fue después de un rato en el que le siguió gritando a Lucero.

Lucero jamás había sido golpeada por nadie, ni su madre le había levantado la mano ni una sola vez, no sabía como reaccionar así que lo único que pudo hacer fue llorar en el piso de su gran casa. Una casa que albergaba no solo el llanto de Lucero si no que también las lagrimas que su madre había derramado en una situación increíblemente parecida. Un hombre, una mujer y una serie de gritos y golpes. Lo que Doña Silvia siempre trató de que sus hijas no vivieran también, ahora el destino le jugaba esta nueva carta. 

Lucero paso el fin de semana metida en su cuarto muerta de miedo. 

- ¡Nena ya regresé! ¡Las grabaciones se cancelaron temporalmente porque están buscando otro director!- era su madre quien le gritaba desde abajo- ¿¡Donde estas!? ¿¡Nena!? ¿¡Por que no me contestas Lucero!?-.

Doña Silvia subió a su habitación y abrió para encontrar a su hija llorando desconsolada en la cama con dos golpes en la cara.

- ¡Nena! ¿Qué te paso?- Lucero no respondió, simplemente se levantó y abrazó a su madre con fuerza- ¿Quién te hizo esto mi amor? ¿Fue Luis?-.

Doña Silvia miró a su hija y a la vez se vio a si misma hace casi treinta años. Lucero asintió con la cabeza. Un dolor inmenso disfrazado de coraje se instaló.

 Silvia curó a su hija y sintió lo que su madre cuando la curó a ella con un ojo morado y un brazo roto.

No podía dejar de imaginarse al idiota ese golpeando a su hija.

El día terminó, Doña Silvia estaba acostada en su cama sumida en sus pensamientos. 

-No permitiré que le vuelvan a hacer daño- pensó.

Al siguiente día se levantó de su cama y bajó a su despacho para ver las cartas y documentos que había recibido. La primera carta venía de España. Su empresa había sido seleccionada para confeccionar los vestidos de un evento muy importante.

En ese momento se le ocurrió una idea, era egoísta de cierta forma pero efectiva.

Silvia entró a la habitación de Lucero. Ella solo veía la ventana, sus ojos habían perdido aquel brillo.

- Te irás del país- le dijo y Lucero la miró confundida.

- ¿A donde?- preguntó.

- No te lo diré todavía- respondió- lo único que te puedo decir es que será muy muy lejos de aquí-.

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Luis es un asco ¿No? 

Doña Silvia esta planeando una jugada que nadie, ni siquiera Lucero, se esperan.

<3

F.C.



Solo te puedo amar a tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora