CAPITULO 18

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- ¡Te pregunté que si donde estabas Lucero!- gritó Luis al teléfono.

- Estaba en Acapulco-.

- ¡No mientas maldita sea! ¡Fui a buscarte y me dijeron que no estabas allí!-.

- Me quedé con mi hermana-.

- ¿¡Y por qué no me dijiste!?-.

- ¡Porque no tengo por qué hacerlo Luis! ¡Ya me tienes harta carajo! Solo quería unos días para relajarme y olvidarme de tu existencia-.

- ¡Soy tu novio y me tienes que decir!-.

- ¡No lo eres! ¡Tu y yo terminamos hace muchísimo! Que tú no lo quieras aceptar no es mi problema- dijo y colgó.

Lucero siguió con lo suyo y un rato después empezó a escuchar la puerta sonar.

Bajó y abrió la puerta.

Lucero quedó impactada al ver a Luis parado en la puerta rojo del coraje.

- ¿Qué haces aquí?- preguntó Lu.

- No te hagas la tonta Lucero- dijo y la jaló del brazo para que entrara a la casa junto con el- eres una maldita zorra, nunca serás nada sin mi porque no sirves para un carajo- dijo furioso.

- ¡Oye me lastimas!- exclamó casi llorando.

- ¡Claro que lo hago! Te lastimo para que sientas lo que yo cada vez que me restriegas en la cara que lo amas a el-.

- ¡Yo no tuve la culpa! ¡Entiéndelo! Yo no quería enamorarme de el simplemente paso-.

- Ya no te creo nada Lucero- dijo con dolor- y aunque me lastime tu indiferencia ¡No pienso dejarte ir! Y te juro que si vuelvo a verte con ese imbécil lo mato-.

La soltó ocasionando que cayera al piso y se fue de la casa dejándola llorando desconsolada.

Después de un rato decidió llamar a Manuel para ir a su casa.

- ¿Bueno?-.

- Hola Manuel- dijo cortante.

- ¡Mi vida! Moría de ganas por escucharte preciosa ¿Llegaron bien?-.

- Si-.

- ¿Y por qué tanto seriedad eh?- preguntó y rio.

- Nada solo es que estoy algo cansada, pero bueno te marcaba porque necesito que hablemos ¿Estás en tu casa?-.

- Okey, si estoy en mi casa-.

- Vale allá te veo bye-.

- Adiós Lucero-.

Le dolió eso ultimo, no lo podía negar.

Caminó  a la puerta y tomó las llaves de su coche. De repente sintió una mano tomarla hacia atrás.

- Auch- exclamó con dolor.

- ¿A donde vas preciosa?- le preguntó una voz conocida.

Ella se volteó para verlo.

- ¡Manuel!- dijo emocionada.

- Wow mi amor ya ni la voz me reconoces-.

Era Luis el que se encontraba detrás de ella.

- Por cierto, ¿A donde vas querida?-.

- Con una amiga- respondió nerviosa.

- ¿Por que será que no te creo?- le preguntó con una sonrisa en el rostro.

Solo te puedo amar a tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora