CAPITULO 8

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- Mamá no digas eso ni en broma- le dijo Lu.

- ¿Por que no te atreves a aceptarlo?-.

- Porque uno, no es verdad y dos, tengo novio y lo amo-.

- Ay aja y seguramente porque amas a Luis te andabas besando con otro-.

- Mamá por dios, mañana regresa Luis y lo invité a comer a la casa, te pido por favor que no vayas a hacer ningún comentario de este tipo porque me mata eh me mata y no creo que me quieras llevar flores a un panteón todos mis cumpleaños-.

- Uno, nunca permitiría que te tocara un pelo porque primero lo mato yo antes de que el te haga algo y dos, prometo no decir nada- dijo y Lu sonrió.

Después de comer su fueron a sus respectivos trabajos y Lucero se dispuso a hablar con Manuel para arreglar sus problemas.

Empezaron a grabar sus escenas y cuando les dieron un pequeño descanso Lu supo que era el momento indicado.

- Rosy ¿Viste a donde se fue Manuel?- le preguntó a una de las chicas de staff.

- Si Lu, se fue a su camerino- respondió y Lucero le agradeció mientras se encaminaba al camerino de Manuel.

Llegó al lugar, tocó la puerta y entró al escuchar el "¡Pase!" de Manuel.

- ¿Lucero?- dijo al verla. Había sentido una punzada en el pecho al escuchar su nombre y no su apellido al igual que el tono frio y seco con el que lo había dicho.

- Espero no agarrarte ocupado- dijo apenada.

- Para nada ven siéntate-.

Lucero se sentó.

- Bien, dime, ¿Qué te trae por aquí?- preguntó el bastante serio.

Ella suspiró.

- Manuel, no quiero que sigamos así de distantes- dijo- quiero que volvamos a ser los de antes porque, lo extraño- confesó.

- Sinceramente, yo también lo extraño, y mucho- dijo el.

- Entonces, ¿Volvemos a ser los de antes?- preguntó con una sonrisa.

- ¡Claro que si Hogaza!- respondió en el mismo con de siempre, el que ella tanto quería- Al respecto con el tema, me quiero disculpar contigo por lo que paso el día del aventón-.

- Ya todo quedó olvidado- dijo Lu sonriéndole.

Todo el resto del día volvieron a ser los mismos, los de siempre, Manuel y Lucero.

Al siguiente día Lucero no tenía grabaciones pero paso toda la mañana grabando los capítulos de toda la semana siguiente del programa.

Luis llegaría a las tres y a las cuatro comerían juntos.

Pasaron las horas y por fin terminó. Se fue directo a su casa para revisar si ya estaba todo listo para la comida.

- Buenas tardes- dijo al llegar.

- Buenas tardes señorita- le respondió una de las empleadas.

- Buenas tardes mi niña- le dijo su nana, Amelia.

- ¿Cómo van por aquí?- preguntó asomándose a la cocina.

- Muy bien, ya tenemos lista la ensalada y la lasaña, solo falta que el pastel salga del horno, decorarlo y listo- le informó Amelia.

- Perfecto, ¿Cuánto le falta al pastel?-.

- Unos cinco minutitos-.

- Okey, iré poniendo la mesa y en un momento vengo para ayudarte con el pastel nana-.

- Si niña-.

Lucero puso la mesa y regresó a la cocina. Amelia ya tenía montado el pastel y le estaba untando el betún.

- ¿Te ayudo con las fresas?- le preguntó Lu.

- Por favor-.

Terminaron con todo y metieron la ensalada y el pastel al refrigerador mientras que la lasaña la volvieron a meter al horno para que conservara su calor.

El timbre sonó y Lucero corrió a abrir. Era Luis.

- Hola linda-.

- Hola- respondió ella con una sonrisa un poco fingida.

- ¿Me extrañaste?-le preguntó mientras la abrazaba fuertemente.

- Si-.

- Que fría eh- dijo- ya no me voy a ir tan seguido porque cuando vuelvo me encuentro con una novia algo amargadita y seriecita-.

- Perdón es que estuve toda la mañana grabando el programa y estoy algo agotada pero mejor pasa que la comida se enfría-.

Unos minutos después llegó Doña Silvia.

- Perdón el retraso pero el trafico estaba terrible- se disculpó.

- No se preocupe señora- dijo Luis.

- Hola Luis, me alegra tanto que hayas vuelto- dijo con la sonrisa mas falsa e hipócrita que Lucero había visto en su vida.

- ¿Comemos?- preguntó Lu riendo nerviosa.

Comieron muy a gusto y gracias al cielo, Doña Silvia evitó sus comentarios sobre Manuel que tanto disfrutaba hacer para molestar a su hija.

Después del postre pasaron a la sala a platicar con café.

- Oye nena, se me olvidó preguntarte- Doña Silvia miró a su hija- ¿Manuel y tu arreglaron sus problemas?-.

Lucero se quemó con su café. 

- Ya te habías tardado mamita- pensó.

Luis las miró extrañado.

- ¿Qué Manuel?- preguntó.

- Manuel es el protagonista de la telenovela- le respondió Lu.

- Ah, o sea es con el que te besuqueas-.

- Luis, por dios, llevo mas de un mes trabajando con el y te recuerdo que todo es actuación- le explicó- y respondiendo tu pregunta mami- la miró acusatoriamente- si, ya hablamos y resolvimos todo-.

- Que bueno- respondió.

- ¿Puedo saber que es lo que tenían que arreglar?- preguntó Luis.

Lucero no sabía que responder, obviamente no le diría la verdad porque sabía perfectamente que Luis iba y mataba a Manuel y de paso también a ella.

- Pues nada de mucha importancia, tuvimos algunos roces y pues discutimos un par de veces pero como no queremos que nuestras tonterías afecten la novela decidimos hacer una tregua- mintió.

- Oh esta bien- dijo muy poco convencido.

Luis se fue después de un rato y mientras conducía a su apartamento iba pensando en lo de hoy. Decidió tomar sus precauciones con el tal Manuel. No permitiría que ningún imbécil le quitara a Lucero. 

Solo te puedo amar a tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora