5. Bajo la Máscara

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La linda, perfecta y brillante noche, había llegado. A lo lejos ya se podía escuchar la música en el gran salón de baile que presentaba el crucero. Como si estuviesen viviendo un deja-vu de la noche anterior, las tres japonesas hicieron entrada en el lugar, mientras Mina empujaba la silla de ruedas de BamBam.

—No puedo creerlo Hirai— la actriz llevaba una de sus manos cubriendo su rostro avergonzada.

—¿Qué?, ¿Acaso nunca viste a alguien con estilo?, porque te informo querida, a ésto...— señaló su cuerpo, mientras daba una vuelta moviendo su cadera  —se le llama estilo— como era típico en Hirai Momo, la extravagancia no podía faltar, por lo que un vestido de carnaval arcoiris, lleno de brillos y colores, había sido su elección para lucir en la noche. Que más daba que no fuese el concepto de la fiesta. Para eso existimos los antisistemas.

—Aveces me avergüenza ser tu amiga— agregó Sana.

—¿Habla la que en estos momentos es un Olaf gigante?, no me vengas con bromas. Primero aparece "La Roca" con el peinado de "Elvis Presley" antes de que yo pierda mi estilo— mencionó Momo mirando sus alrededores —Al menos hoy la marea parece haber subido— agregó al ver la gran cantidad de personas bailando y disfrutando de la fiesta.

—Como mismo vamos a subir nosotras a esa pista de baile— una Sana emocionada tomó a Momo para arrastrarla hasta la pista adornada con llamativos e infantiles colores, una bola de Disco y las nunca ausentes luces láser, mientras el DJ parecía estar inspirado en la música retro.

—Yo iré a charlar con el fenador— informó BamBam marchándose en su silla de ruedas.

Mina no soportaba ver ese espacio abierto entre los dientes de su novio. Su recuperación tardaría un poco más de lo planeado por los médicos, quienes sorprendidos aseguraron que el chico al menos había caído del balcón de su habitación. Ya que esos golpes y heridas no eran para menos.

Pensar en lo dañado que se encontraba su novio, le traía a la mente ese par de ojos tristes que tanto le encantaba encontrar por todos lados. No era un secreto, la curiosidad mató al gato, pero en este caso... atrapó al pingüino.

La japonesa quería descubrir todos los misterios de Chaeyoung, ¿por qué nunca se quitaba esa horrenda sudadera?, ¿Por qué encontraba bóxers en la habitación? ¿Por qué esos dibujos eran tan importantes?, ¿Por qué era una drogadicta? o quizás... ¿Por qué le hacía sentir tanta curiosidad?. Mina jamás pensó que una persona tan común y en más mal estado que los dientes de BamBam... le llamaría tanto la atención.

—BUEEENAS NOCHES ESTIMADOS VIAJEROS— la voz del anfitrión de la fiesta había sacado a Mina de sus cómodos pensamientos —ME COMPLACE INVITARLES AL PRIMER JUEGO DE LA NOCHE. COMO MUCHOS VIERON EN LA ENTRADA SE LES FUERON ENTREGADAS VARIAS PEGATINAS CON LETRAS— la japonesa observó en su pecho la enorme T que tenía estampada —A pesar de ser la última noche, eso no significa que no hayan oportunidades para conocerse mejor y quién sabe...ENCONTRAR EL AMOR...

Mina rodó sus ojos obstinada, no le había bastado al mundo con obligarle a disfrazarse de Jasmin, sino que encima, debería soportar a un guarromántico anfitrión toda la noche. De seguro ese era el mismo que casi le causa el orgasmo a la recepcionista el primer día.

—TIENEN LA MISIÓN DE ENCONTRAR A LA OTRA PERSONA QUE PORTE LA MISMA LETRA QUE USTEDES EN SU PECHO. LES DESEO SUERTE...— fue la orden dada por aquel hombre. Es decir que...¿También debería soportar a un extraño toda la noche?. Esto no podría ir peor.

La mirada de Mina se perdía entre la multitud, al parecer casi todos habían encontrado sus parejas, pero Mina era como la T en la palabra olla...  no encontraba su tapa. Luego varios minutos caminando sin sentido alguno por el enorme lugar. Pudo ver a Dahyun y Momo en la pista de baile mientras Sana les observaba entristecida desde un sillón con la letra M en el pecho.

Utopía- [Michaeng] «G!P»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora