Capítulo 7

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Al llegar al Salón de clases, como era de esperarse el profesor Min se encontraba muy enojado. Ya era como la quinta vez que Rosé llegaba tarde a la clase, por lo que como era de esperarse, la castigó, junto a Jungkook y Taehyung.

La clase siguió con normalidad para los estudiantes, excepto a una persona en específico. Esa persona era Tara. Tara estaba en un dilema muy grande, se había percatado de que su "querida" hermanastra, estaba empezando a tener una relación cercana con el idol de la escuela. Eso le molestaba mucho. Para ella, solamente personas como ella deberían de andar con personas del nivel de Jungkook, no gente de bajo nivel como la peli castaña.

Le hervía la sangre solamente pensar en el hecho de que Rosé había llamado la atención del chico. El chico que se suponía que debía prestarle atención a ella. Tara gustaba de Jungkook, pero no de manera romántica sino más por interés. Era obvio que la razón principal por la que iba detrás del castaño, era por el gran capital que contenía su tarjeta de crédito.

La situación económica de su hogar no era la mejor que digamos. Su padre se la pasaba todo borracho casi la mayoría de las veces que lo veía, mientras que su madrastra no se quedaba atrás. En pocas palabras, nadie de la casa usaba el dinero de la manera correcta, es por ello, que la situación que estaban viviendo era deplorable.

Y no nos olvidemos, de los grandes caprichos que debe satisfacer Tara cuando quiere, es decir, comprar bolsos caros, comida rápida, maquillaje, etc. Asimismo, como sus padres, ella malgastaba el dinero en cosas que no necesita. Y jamas debes mencionarle la palabra trabajo, porque se pone histérica.

Al término de la clase, ya era hora del receso. Tara salió junto a sus amigas del salón. Iba a dirigirse a la zona del patio de la escuela, pero un sonido de su teléfono la hizo detenerse. Alguien había hecho sonar su Love Alarm. Miró a su alrededor, no encontró a nadie, pero segundos más tarde se dió cuenta de la presencia de alguien a quien aborrecía con toda su alma. El nerd asqueroso, Guk-Deok.

El chico la miró con una sonrisa, el sentía que estaba bien confesarle sus sentimientos por medio de la alarma. Pero el no espero que la chica al ver la mirada del chico, hiciera una expresión de asco y saliera corriendo hacia los baños de chicas.

Entró rápidamente a los baños con la intención de que el chico la dejara en paz o que al menos dejara de ver la notificación de su Alarm activa. Se sentó en uno de los sanitarios y con sus brazos abrazó sus piernas.

-¡Largate de una buena vez, asqueroso! - Le gritó al darse cuenta de que el chico la había seguido.

-Pensé que te agradaría saber que tu me gustabas. - Respondió el chico tímidamente.

-¡Pues claro que no, castrozo de mierda! - Manifestó con frustración la jóven, checando su teléfono para ver si se había desactivado su alarma.

Minutos más tarde, por fin el chico se había ido. Se dió cuenta de que lo que había hecho fue una gran error. Claramente a la joven le disgustaba su sola presencia en el lugar, y encima ahora saber que el sentía cosas por ella, solo empeoró la situación.

Estaba herido, pero no le sorprendía la reacción de la chica. Desde siempre, la joven mostraba su desagrado por él, cada vez que se cruzaban sus caminos. Sin más, tuvo que irse para evitar que su corazón sufriera más por alguien quien no merecía su afecto.

(...)

Las clases por fin terminaron y cada uno salió de sus respectivos salones para irse finalmente a sus casas. Chaeyoung se encontraba guardando sus útiles en su maleta Rosa crema, algo desgastada y con algunos pequeños rotos en la esquinas. A Chaeyoung le encantaría comprar otra maleta, pero gracias a que su madre le robó todo el dinero que recogió, le sería imposible hacerlo.

Con ayuda de su mano derecha, limpió las pequeñas gotas de sudor que estaban en su frente. Estaba haciendo calor ese día, por lo que era obvio que su daría hasta más no poder.

Mientras la castaña estaba distraída con sus cosas, un conejito se le acercó por detrás y tocó levemente su hombro, haciendo que la castaña se asuste un poco. Rosé volteo a ver a la persona que la había asustado y se dio cuenta de que era su "amigo", Jungkook.

-Jungkook, casi me matas del susto. - Declaró la joven, poniéndose la mano en el pecho suspirando. El chico dirigió su mirada hacia su rostro e hizo un gesto de arrepentimiento.

-Lo siento. No era mi intención asustarte, solo quería hablar contigo. -Respondió el joven apenado, colocando su mano derecha en la parte trasera de su cuello.

-No te preocupes, pero recuerda no volver a hacerlo. -

-Ahora ¿De que querías hablar, Jungkook? - Le pregunta la joven, mirándolo a los ojos.

-Mmm... Era para saber si te gustaría acompañarme a comprar unas cosas. -

La chica lo miró confusa. "¿Porqué quiere que lo acompañe?" "¿Acaso no puede ir él solo?" Pensó la castaña.

—No estoy de humor para eso. Además debo ir a hacer unas cosas.— "tengo que ir a trabajar" quiso realmente decir.

—Oh, vamos. Se que tuviste un día muy duro, aún no puedo creer que Situ feng te haya hecho eso. — Se quejó y se acercó a ella poniendo sus dos manos en los sus hombros.

—Creeme despejar un poco la cabeza, te hará sentirte mejor. Acompáñame solo por esta vez, además tengo que darte algo. — Hizo un puchero y luego la miró con ojitos de perrito triste.

"Dios... No me mires así, no voy a poder decirte que no"

Después de mucha insistencia, la castaña aceptó. El chico no pudo contener su emoción y la abrazó haciendo que a Rosé se le coloraran un poco las mejillas.

Salieron juntos de la escuela y se dirigieron a uno de los grandes centros w comerciales de la zona. Cuando entraron a una de las tiendas, se podía apreciar cientos de teléfonos de alta gama de diferentes marcas. Rosé se acercó a mirar algunos, quería ver cuánto le costaría cambiar de teléfono, después de cierto incidente que hizo que si teléfono muriera estrepitosamente. Después de todo era viejo, no iba a durar mucho más tiempo funcionando.

Lo precios variaban dependiendo la marca, sin embargo, seguian siendo muy caros para su presupuesto. Se puso triste al pensar que no tenía ni dinero para comprarse un gimpap. Mientras, a su lado, Jungkook la veía con tristeza, por su culpa la chica había perdido su celular. Sin embargo, se lo iba a compensar.

—Chae ¿Sabes la razón por la que te pedí que vinieras? — La chica lo miró inquieta.

—No, no lo sé.—

—Te traje para que me dejaras comprarte otro teléfono, después de todo yo destruí el tuyo. — La chica se asombró y se alejó un poco de él.

—No tienes que hacer eso, te dije que no pasaba nada. — Estaba un poco molesta. No quería que nadie se metíera en sus problemas.

—Chae, fue mi culpa. Por favor déjame ayudarte, por lo menos una vez. No puedes afrontar todos tus problemas tu sola y menos si tú problema fue causado por un tercero.— Él está frustrado, de verdad quería ayudarla, pero la chica era muy terca. Se rascó la cabeza con una de sus manos y ser acercó a la chica.

—Lo compraré y no podrás hacer nada. No me importa. — Sonrió pícaro y dejó a la chica estupefacta. Se alejó de ella y fue hacia donde está la cajera.

—Señorita, por favor deme el último modelo de esta marca por favor. — La cajera le sonrió y se fué. Minutos más tarde la cajera llegó con una bolsa de cartón blanca fina y se la entregó a castaño, le pagó y los dos salieron de la tienda.

—Toma. Esto es para tí.— Le entregó la bolsa y Rosé la tomó a regañadientes.

—Gracias.— El chico le dió una de sus bonitas sonrisas de conejito y siguieron caminando por el centro comercial.

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⏰ Última actualización: Jun 11 ⏰

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