Capítulo 17

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Valeria

—¿como entraste aquí? ¿Alguien te vio? —pregunto histérica

— tranquila nadie me vio entrar  fui muy cuidadoso—me responde con una sonrisa pícara en la cara mirandome fijamente.
Me acabo de bañar y estoy en toalla. Este señor no puede ser serio aunque sea una vez en su vida.

— ¿Qué miras tanto? ¿nunca has visto a una mujer en toalla?

— he visto miles de mujeres en toalla lo que pasa es que estoy loco por quitartela.

Cierro los ojos con fuerza, este chico no tiene un segundo de lucidez solo piensa en eso.

— ¿Como sabías que era mi habitación? ¿Acaso me estabas acosando todo este tiempo? — Jeremy ríe estruendosamente.

— te crees tanto para que yo esté acosandote niña. Sólo averigüé, use el teléfono y donde sonará más alto tu celular seguro sería tu cuarto solo eso.

Siento el picaporte de la puerta girarse y le hago con señas a Jeremy para que se esconda debajo de la cama.

—Valeria ¿hay alguien aquí contigo? Porque escuche una risa de un hombre —entra mi mamá a la habitación.

Cojo a Luna en mis brazos para que no ladre y vaya a donde está escondido Jeremy.

—¿mamá que te he dicho de tocar antes de entrar? sabes que eso me molesta mucho. Y no, no hay nadie solo estaba escuchando un mensaje de voz de un amigo mío y el volumen del teléfono estaba muy alto, solo eso.

—estabien hija lo siento. Quería saber como estás, estos días no hemos hablado mucho ¿todavía estás molesta conmigo?

—no mamá no te preocupes, todo está bien —lo muestro una sonrisa un poco falsa, claro que aún estoy molesta con ella quedan muchas cosas por decir que al final tengo que descubrir yo sola.

—bueno mamá voy a a cerrar para dormir un poco, hasta mañana— me despido con la mano.

Cuando voy a cerrar la puerta Luna  sigue a mi madre y sale del cuarto. Por suerte, sino iba a seguir ladrando y Elyzabeth iba a sospechar.

— vaya ¿estas molesta con mami? —Jeremy sale de su escondite haciendo muecas de burla con su boca.

Yo solo rodeo los ojos, no se cuantas veces he hecho el mismo gesto desde que lo conozco. Se le da muy bien enojarme y mojarme las bragas.

— ese no es tu problema, así que habla rápido para que salgas ya de aquí.

—¿eh? ¿No me quieres cerca?— habla acortando la distancia entre nosotros—no quieres que te quite esto—se deshace de la toalla y quedó totalmente desnuda frente a él.

Con sus manos acaricia mi clavícula. Yo solo cierro los ojos para disfrutar el momento, no puedo resistirme a su toque.

—¿no querías que me fuera? — susurra en mi oído haciendo erizar deliciosamente cada poro desnudo de mi piel.—voy hacer lo que me pidas, si me dices que pare termino aquí mismo y me voy—besa mi cuello y sus manos se deslizan por mi cuerpo como si fuera una montaña rusa.

Sus dedos tocan las puntas de mis pezones poniéndolos duros como roca, haciendo que mi excitación llegue a límites inalcanzables.

—¿no vas a responder? —pregunta todavía pegado a mi, masajeando todo mi cuerpo con una suavidad y un ritmo agonizante.

—solo callate y follame—exijo agarrandolo del cuello para acercarlo a mi y besarlo con furia.

—así me gusta—habla con los labios pegados a los míos.

 El tatuador de almas ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora