Capítulo 5

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Me recompongo enderesandome y quitando lo que queda de mi prenda, ya que tenía todavía los shorts encima de mi pies. Lo veo caminar hacia mi, todavía mirándome.

-Si te gusto tanto porque no lo dices?- digo enarcando una ceja y sonriendo de lado.

Este me mira y me dice riéndose.

-Niña ni en mil años estaría con alguien como tú, créeme si me gustaras ya estuvieras en mi cama- pasa por mi lado chocando con mi hombro y sentándose en la silla.

Me giro para posicionarme en el otro asiento. Cuando lo hago, me acuesto de lado quedando el muslo donde quiero hacerme el tatuaje a su vista.

-Y se puede saber...¿como es una niña como yo?- digo con altanería y mirándolo, no me sentí aludida con sus palabras para nada, ya que él no me gusta, solo lo hice por molestarlo. Ni siquiera es mi tipo.

-Niñas como tú que solo se preocupan por ellas, mimadas, que lo tienen todo y que no luchan por nada, ya que sus padres lo hacen por ellas.- me dice en casi un susurro cerca de mi boca. -Y yo si diría que si tanto te gusto deberías decirlo, o explotaras por lo roja que estás ahora mismo o por tu pobre corazón que ya no puede latir más fuerte- me dice sonriendo. El muy cabron.

Sentía mi ritmo cardíaco a mil. Me había cambiado el juego en un segundo. Este chico sabe como jugar. Podía sentir mis latidos en otros lugares también. No era mi tipo de hombre pero si sabía como exitarme aunque me estuviera ofendiendo.

Me recompongo y respiro hondo. -Mira ehm, tú. No me conoces de nada para que estés juzgando de esa manera. Así que por favor empieza ya para irme de una vez y no ver tu cara- le digo molesta, si no fuera porque me prometió que me haría el tatuaje gratis me hubiera ido hace tiempo.

A quien quiero engañar no me iría de aquí hasta que me dijera porque se nombra como Tatuador de almas.

No dice nada, no quiere seguir discutiendo algo que agradezco. Se coloca los guantes en silencio y coloca la tinta un en pequeño vaso de platico.

Busca la foto del tatuaje en su laptop y luego la imprime. Estoy como una niña ante un experimento, atenta a todo lo que hace a cada movimiento.

Coloca un poco de gel antibacterial en la zona donde quiero el dibujo y luego toca mi piel, puedo sentir como una vibración en mi espina dorsal. Empieza a dar masajes para esparcir el gel y se acerca a mi.

-Mi nonbre es Jeremy, pero mis amigos me dicen Jer, pero como no te conozco dime Jeremy.- me dice sonriendo de lado a lado mostrando todos sus dientes y yo ruedo mis ojos ante su simpatía.

Todavía sigue masajeando mi muslo y puedo sentir cosquillas en mi estómago de lo nerviosa que estoy, no se si por el tatuaje o por su toque.

Con sumo cuidado pega la hoja con el dibujo en mi muslo y lo presiona para que se ingregne la imagen. Luego lo retira y abre la aguja con la que va hacer el trabajo.
La coloca en la máquina y hace unas pruebas buscando la velocidad correcta.

-Listo, ¿Estás segura?- me pregunta mojando la aguja en la tinta.

-Una pregunta primero antes que empieces- digo en forma de disculpa porque se que le va a molestar.

Rueda los ojos y me mira consediendome la palabra.
- ¿Por qué te dicen el Tatuador de almas?- pregunto curiosa

-Por esa razón te preguntaba si estabas segura. Cada vez que tatuo a una chica ella inexplicablemente se enamora de mí- me dice serio.

No puede ser verdad, ¿Está de broma no? Si me viera la cara ahora mismo dijera que es todo un poema.

-Que es broma tonta, deberías haber visto tu cara- me dice riendo a carcajadas.

 El tatuador de almas ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora