M | ❝Los humanos pueden ser incluso mucho más temibles que un monstruo.❞
Después de lograr escapar de los torturosos experimentos a los que era sometida, Seulgi intenta vivir una vida alejada de todo lo relacionado con el gobierno, sin embargo, extr...
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Capítulo 1
탈출하다
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"Corre, corre y no te des la vuelta o te atraparán."
Se repetía una y otra vez, sus pies dolían y las heridas que apenas comenzaban a cicatrizar se abrieron por completo, su cabeza estaba a punto de explotar, las lágrimas seguían recorriendo sus cenizas mejillas, y su vista estaba completamente nublada. No podía darse el lujo de parar justo ahora para tomar un descanso porque sabía que más de veinte militares la perseguían para intentar acabar con ella de una vez por todas.
Prefería seguir huyendo que darse por vencida y volver a ser sometida a un centenar de experimentos torturosos que al final de cuentas jamás daban una respuesta precisa sobre su condición. Aún podía recordar el gutural sonido de frustración que salía de la garganta de aquellos médicos al no tener un diagnóstico exacto.
Estaba segura de que llevaba más de una hora corriendo porque ya no le quedaba más aire que inhalar, tenía que relajarse al menos unos minutos si no quería morir a causa de asfixia.
Ya no escuchaba el ruido que hacían los zapatos de aquellas personas al chocar contra los charcos al momento de perseguirla, así que aprovechó para esconderse detrás de unas bolsas de basura que habían en un callejón. El olor era horriblemente nauseabundo pero podía soportarlo.
Agradeció mucho que fueran más de las nueve de la noche porque de esa manera no causaría tanto disturbio y no llamaría la atención, lo único que en esos momentos no estaba a su favor era la fría lluvia que comenzó caer justo en ese instante. No tenía a dónde ir, no tenía más ropa que ponerse, lo único que tenía para abrigarse era una bata de hospital –que le habían obligado a usar – y una chaqueta desgastada que encontró tirada por la calle cuando corría, probablemente era de algún mendigo.
En los últimos días, nada, absolutamente nada salió a su favor, la mala suerte parecía estar de su lado, acompañándola en todo momento. Aún recordaba con claridad todo el daño al que fue sometida durante tres días seguidos, las quemaduras, las apuñaladas, los cortes, todo seguía intacto y lo estaría por mucho tiempo. Las cicatrices seguían doliendo.
De pronto, una oleada de abatimiento y furia se apoderaron de su ser. Quería gritar para desahogarse, para limpiar su alma pero no podía hacerlo, algunas personas aún rondaban por el lugar y no sabía con certeza que aún habían militares vigilando el área.
Su único acompañante era un ratón que se escondía entre la basura, intentando recolectar un poco de comida.
Comida...
Ahora que lo recordaba llevaba algo de tiempo sin probar bocado, exactamente los tres días que duró en el laboratorio.
Por inercia llevó una mano hasta su barriga y comenzó a sobarla. Cuanto ansiaba con poder probar al menos algo de agua, el líquido era mucho más fundamental que la comida ya que podía llenarte por completo. Giró un poco la cabeza hacia su derecha y observó detenidamente como un hueco se llenaba de las gruesas gotas que caían del cielo.
