M | ❝Los humanos pueden ser incluso mucho más temibles que un monstruo.❞
Después de lograr escapar de los torturosos experimentos a los que era sometida, Seulgi intenta vivir una vida alejada de todo lo relacionado con el gobierno, sin embargo, extr...
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Capítulo 3
새로운 이웃
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Tras despertar un tanto desorientada, Seulgi miró a su alrededor y se percató de que se encontraba recostada en la pequeña cama de su habitación. De pronto, vagos recuerdos de lo sucedido con anterioridad llegaron hasta su cabeza, provocando que una fuerte punzada se manifestara en la misma.
Asustada, bajó la mirada para comprobar si lo que recordaba era real o un simple sueño, pero al ver que aún habían rastros de sangre seca en su camiseta supo que no era producto de su imaginación.
Sin entender la fuente del suceso, se puso de pie para encaminarse a la poca espaciosa sala de estár y preguntarle al azabache que fue lo que sucedió, quería aclarar sus dudas por qué no podía recordarlo con claridad.
Antes de llegar a su destino, frenó sus pasos cuando escuchó unas voces conocidas. Yohan y Eunhyuk parecían conversar acerca de lo sucedido.
—Insisto, Yohan, no es normal que expulse tanta sangre y mucho menos si es por la nariz. Necesitas llevarla con un médico por que eso puede ser muy grave.
El tono en el que Hyuk decía aquellas palabras era duro pero con un deje de preocupación y compasión.
—Ella suele sangrar de esa forma desde que era pequeña —afirmaba Yohan, tratando de sonar lo más convincente posible.
El chico con anteojos negó con la cabeza y se cruzó de brazos. Por su mirada, Seulgi dedujo que no estaba conforme con esa simple respuesta y la falta de preocupación que el azabache acababa de mostrar.
—Si no lo haces tú —siguió Eunhyuk, con severidad — lo haré yo mismo, y hablo en serio.
El azabache frunció el ceño, confundido por el repentino interés de su mejor amigo, pero no pasaron ni cinco segundos cuando una sonrisa ladina, mostrando un poco de burla se dibujó en sus labios. Por su parte, el de anteojos resopló, esperando un respuesta.
—¿Por qué esa reacción de su parte, joven Lee? —cuestionó Yohan, sin perder el rastro de burla.
Eunhyuk puso los ojos en blanco y sobó el puente de su naríz.
—Todavía me lo preguntas —masculló —. ¡Por qué puede ser grave!. A veces me parece que eres igual a Eunyoo.
—No, no —el chico meneó la cabeza en negativo —. Eunyoo es un poco más rebelde, yo ni siquiera lo soy.
