vi. deseos.

2.8K 342 75
                                    

Capítulo 6

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Capítulo 6

탈출하다

                    ━━━━━ ✧ ━━━━━

Antes de adentrarse a los baños, miró en toda dirección para asegurarse de que nadie más la seguía, de verdad deseaba que nadie reparara en su ausencia.

Al estár dentro de su destino, se acercó a los lavabos y abrió el grifo para que el agua saliera y así lavarse el rostro un par de veces. Tenía que pensar muy bien cuales serían sus próximos movimientos para escapar y no ser descubierta.

De pronto, un sentimiento de culpa la invadió al recordar a cierto azabache.

Apreciaba bastante a Yohan y de sólo pensar que tenía que huír el corazón se le hacia añicos. Estaba tan agradecida con él, pero no podía darse el lujo de quedarse por más que lo quisiese, no podía ponerlo en riesgo, ni él ni a nadie más.

Tenía muy en cuenta lo que era, que era un horrible monstruo.

Levantó la cabeza para mirar su reflejo en el espejo que tenía justo enfrente, pero se llevó una grande sorpresa al notar que sus ojos eran completamente negros y que tenía una sonrisa bastante macabra.

Era una sonrisa que jamás había portado.

Sin previo aviso, el resto del baño desapareció y todo a su al rededor se tornó oscuro, como si fuera de noche.

No había nadie más, unicamente ella, o al menos eso pensó hasta que vió como una figura se acercaba hasta donde estaba.

Soltó un gritó ahogado cuando se percató de que era ella misma la que estaba parada a su lado, sin embargo, llevaba los mismos ojos negros que vió en su reflejo unos segundos atrás.

Extrañamente no sintió miedo, si no, curiosidad.

—Veo que sigues siendo la misma cobarde de hace años —masculló con una sonrisa de oreja a oreja.

Desorbitó sus rasgados ojos al escuhar el tono voz de la persona que era idéntica a ella por que era similar al suyo. La única diferencia era que había una mezcla de gelidéz y burla.

—¿Quién eres? —preguntó Seulgi, pérdida en aquellos ojos, tan negros como la madrugada.

La silueta comenzó a caminar en forma de círculos y posó ambas manos detrás de su cintura.

—¿No sabes quién soy?

—Si lo supiera no te estaría preguntando —respondió la pelinegra.

No podía perder de vista cada moviento que hacia la figura, quien comenzó a reír como si hubiera escuchado un buen chiste.

—Soy tu otra yo —contestó, poniendóse en cuclillas para quedar a la altura de Seulgi.

—¿Mi otra yo?

MONSTER | Sweet HomeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora