Un día como cualquier otro, Cale despierta y se da cuenta que regresó a su antiguo cuerpo Kim Rok Soo de 20 años pero su sorpresa fue ver a lado suyo un chico de cabellera rojiza
Un momento esté...no es...¡Cale Henituse!
¡Que demonios está pasando...
Bueno lo prometido es deuda muchas gracias por esperar, puede haber faltas de ortografía ya que no lo he revisado, luego estará editado
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Entré a la habitación, y en el momento que puse un pie en ella, recibí miradas de todo tipo: desde admiración hasta desprecio y odio. Avancé hacia un asiento vacío sin saludar ni mirar a nadie, tal y como me habían indicado. Me senté y tomé una galleta de la mesa de enfrente, concentrándome en saborearla sin prestarle atención a los demás. Siendo sincero, ni los conozco ni me interesan; solo quiero que esta bendita reunión termine para seguir con mi vida de basura. Justo cuando estaba por agarrar mi siguiente galleta, se escuchó una fuerte voz anunciando la llegada del príncipe heredero.
—¡Su Alteza Real, el Príncipe heredero! —dijo el caballero real. Vi entrar a un hombre de hermosa cabellera dorada y ojos azules como un vasto mar. En ese momento, nuestras miradas se cruzaron, y él me dirigió una gran sonrisa. Sentí un escalofrío por todo el cuerpo y el cuero cabelludo se me erizó. ¿Por qué tengo un mal presentimiento? ¡Oh, Dios, deja de hacer esa estúpida sonrisa!
—Mi dongsaeng, el héroe del imperio y comandante supremo de los ejércitos aliados, es una gran alegría verlo aquí —pronunció con una gran sonrisa el príncipe heredero. Realmente siento que quedaré ciego si lo miro directamente. Yo respondí:
—Es un placer, príncipe heredero, estar en su presencia.
Entonces, el príncipe dejó de sonreír y me miró fijamente, como si hubiera algo raro en mi cara. Justo antes de que pudiera decir algo, un noble habló y dio comienzo a la reunión.
La reunión consistió en discutir problemas internos del reino e informes sobre la economía y la seguridad. Mencionaron algunos problemas menores, como pandillas molestando a los pueblerinos, y la escasez de suministros en el palacio. Pero lo que más me impactó fue lo que pronunció aquel noble con cara de trasero de bebé.
—Se han registrado problemas al sureste del reino, en un pequeño pueblo dedicado a la agricultura que abastece a varios distritos de la región...
—¿De qué tipo de problemas estamos hablando? ¿Pestes? —preguntó otro noble de aspecto larguirucho.
—No, más bien se trata de sequías en el pueblo, lo que ha provocado que la gente carezca de alimentos y enferme debido a las malas condiciones. El informe lo envió Marquis Sand Ailan, solicitando ayuda y suministros de alimentos y medicamentos, ya que hay escasez de ellos, se han reportado muertes y hay descontento entre la gente, que espera que la familia real intervenga —explicó el noble con cara de trasero de bebé. Realmente, la situación se oye grave, pensé.
—Su Alteza, ¿qué debemos hacer? —preguntó alguien con cierta preocupación.
—Son unos cuantos civiles, no creo que debamos preocuparnos tanto —contestó otro noble, restándole importancia al asunto.
