𝚂𝙴𝙸𝚂

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Noté algo sospechoso en Koko mientras subíamos por el ascensor. Me preocupaba ver esa cara porque no la había visto nunca.

Era difícil perturbar a Kokonoi, es decir, Koko solo tenía cuatro modos:

1) Modo: Quiero sexo, pero ya, justo ahora.

2) Modo: Estoy irritado, no me molesten.

3) Modo: Joder, que exitoso soy.

4) Modo: Miki, ya te lo advertí.

—Koko, ¿qué pasa?

Él entró al penthause primero que yo, entonces, sólo lo seguí hacia la sala y me quedé cerca del pasillo, viendo como Koko caminaba de aquí para allá, seguramente buscando las palabras.

— ¿Por qué trajiste esa moto? —soltó repentinamente. —No es tuya. Tienes una que no utilizas, ¡dijiste que ya no te gustaban las motos!

—Es la moto de Baji.

— ¡Ya sé que es la moto de tu hermano! Mi pregunta es por qué la tienes tú, ¿por qué la trajiste? ¿Cuál es tu interés de traer tu pasado hacia aquí?

—Disculpa, Koko, pero Baji no es mi pasado. ¿Qué te pasa?

— ¿Qué me pasa? —buscó unas cosas en el mueble y levantó la carta de hace doce años. — ¿Cómo conseguiste una carta que escribiste hace años? ¿Quién te la dio?

» ¿Fue la misma persona con la que estás cuando no me respondes las llamadas? ¿La persona por la que Ran dijo que te podías meter en problemas? ¿Se llama Mitsuya esa persona?

— ¿Qué? —solté desconcertada. — ¿Mitsuya?

— ¡La persona de la carta! ¡Escribiste sobre conquistarlo, casarte y tener hijos! ¡¿A caso tengo cara de estúpido?!

Su voz sonó amenazante, sus ojos estaban rojos y las venas de su rostro resaltaba. Entonces... ¿Koko estaba celoso?

— ¡Koko! ¡Lo estás malinterpretado!

— ¿Tú crees? ¡No soy tonto, Miki! Es obvia tu intensión. Sé que te ves con alguien, es por eso que me dijiste que querías irte de Tokio. ¡¿Por qué no te vas de una ves?!

Caminó enfurecido hacia nuestra habitación y yo lo seguí.

— ¡Koko, escúchame! No es así. —cuando entré a la habitación, Koko estaba tirando mi ropa del closet al suelo. — ¡¿Estás loco?!

— ¡¡Vete!! ¡Si quieres dejarme e irte, entonces hazlo ahora mismo!

— ¡Kokonoi, no veo a Mitsuya desde el incidente de Kanto! Me gustaba, pero lo superé. Esa carta me la dio Draken... Draken, el que era el segundo al mando en Toman.

— ¿Con ése es con quien te ves?

— ¡¿Cómo dices algo así?! ¡No me veo con nadie! ¡No estoy saliendo con nadie! Y si fuera así, ¿qué pasa? Habíamos acordado que eso no era problema.

Y era cierto, cuando empezamos a tener relaciones, acordamos que sería algo casual, que seríamos libres y no tendríamos etiquetas. Él dijo que si yo deseaba verme con alguien que no me detuviera, y que él haría lo mismo.

Claro que, ya habían pasado 9 años desde ese acuerdo y que probablemente debimos anularlo en el momento en que nos mudamos juntos, pero no lo habíamos hecho y ya había pasado muchísimo tiempo sin aclarar lo que éramos.

Yo sabía bien que a pesar de tener ese acuerdo, Koko no se vió con nadie durante estos últimos años. Quizá se divirtió una que otra noche con personas al azar, pero conocía lo que tenía en casa.

𝐁𝐎𝐍𝐓𝐄𝐍 | Tokyo Revengers Donde viven las historias. Descúbrelo ahora