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Escuché un estruendo y desperté estrepitosamente por la noche. Tenía sudor cayendo por mi rostro y el calor era tal que mi nuca estaba completamente mojada.
Intenté buscar en la habitación el culpable del ruido que hizo que lograra escapar de aquella pesadilla.
Entonces recordé que a veces los vecinos suelen hacer fiestas en la madrugada.
Era muy molesto. Principalmente porque donde solían hacerlos era justo arriba de mi habitación.
—¿Qué hora es...? —traté de pensar con claridad. La mente me daba tantas vueltas que me preocupaba que aún estuviera soñando.
Logré dar con mi celular. Pero me mantenía aturdido recordando lo que la pesadilla me enseñaba.
Era el cuerpo de Yuuichirou. Justo en el aula donde lo encontraron.
Estaba tan deformado en el sueño que me dieron ganas de vomitar. No sabía porque mi subconsciente mantenía ese suceso de esa manera tan macabra.
Sin quererlo las lágrimas cayeron poco a poco de mis mejillas. Dolía, dolía demasiado.
Tenía muchas ganas de gritar que esa imagen se repitiera una y otra vez en mi mente. Después de todo solo era una interpretación de mi cabeza.
Nadie fue capaz de verlo. Únicamente el profesor Iguro cuando entró al aula fue quien dio la noticia de su estado.
Él no murió inmediatamente. Fue tiempo después que lo atendieron en el hospital.
Muchas personas dicen que fue atacado por otro alumno. Ya que no solía tener el mejor carácter del mundo y seguramente alguien con muy malas intenciones quiso cobrárselas.
¿Pero... Acabar con la vida de alguien por esa razón...?
No sabía que pensar. Podía ser una posibilidad.
Tal vez le estaba dando demasiada vueltas al asunto. Después de todo solamente era mi mente aturdida por el suceso.
Solo transcurrieron unos meses de todo eso. Muchos compañeros estaban realmente afectados, pero ninguno como Muichirou.
Lavé mi rostro y nuca para refrescarme. No debería seguir pensando en eso.
Era difícil asimilar que alguien cercano a ti desapareciera sin dejar rastro. Mucho más si es un familiar.
Los ruidos continuaban. Miré hacia el techo suspirando.
Había tomado el celular para saber la hora y no lo hice.
Volví a buscar el aparato y me sorprendí. Faltaba poco para alistarme para la escuela.
Salí de la habitación para despertar a Nezuko. Su habitación quedaba justo al lado de la mía.
