Capitulo 22~ Enredos y engaños

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Luego de algunos segundos de estar en el piso, cuando cesaron los golpes tomé mi barriga y me coloqué en posición fetal, pero en ese momento un dolor que jamás había sentido me sacudió y entonces supe lo que sucedía. Quien me había golpeado seguía allí, en silencio, esperando a que me defienda al parecer, pero no pensaba luchar, sólo quería proteger mi vientre. La luz volvió en ese instante y pude ver que mi atacante retrocedía hacia la calle y sólo pude escuchar dos palabras antes de que eche a correr.
"¡Oh, mierda!" Dijo casi en un susurro, una voz femenina, al parecer. ¿Qué quiso decir con eso? Bueno, al menos se había marchado y podría irme adentro. Fue entonces cuando lo noté, una franja roja bajaba por mis piernas, desde la entrepierna hasta casi la rodilla. Había dejado un pequeño charco en el piso, lo que seguramente había asustado a quien me atacó.
Con la conmoción no había sentido el calor de la sangre, pero era la respuesta a aquel horrible dolor. El pánico me inundó y no supe qué hacer, sólo corrí a tomar mi celular y llamar a un taxi para ir a la clínica.

Estuve sólo hasta el mediodía y no hubo nada que se pueda hacer.
"Los primeros meses son cruciales, y a causa de esos golpes hubo un desprendimiento."
Sí, esas fueron las palabras del doctor que me atendió en la guardia, y aunque ya sabía que a penas si se estaba formando, deseaba aquello con toda mi alma.
Llamé a Carmen, quien me llevó ropa limpia y me acompañó a casa, me abrazó todo el camino y al llegar me ayudó a recostarme en mi cama.
- Intenta dormir, pequeña.
- G..gracias, Carmen - dije casi imperceptiblemente, y me obligué a dormir. 
Por los siguientes días apagué mi celular y cerré las cortinas de casa sin dejar entrar luz. Varias veces escuché que llamaban a la puerta, pero no me levanté más que para ir al baño o tomar agua. En un momento recordé que no me había comunicado con mis jefes desde hacía días, pero realmente no quería contarle mi desgracia. Qué mas daba, ya había perdido mi trabajo seguramente, la asistencia del colegio, mi familia, a Robby ... Robby. No había pensado en el desde hacía algunos días, y en mi inmensa tristeza me di cuenta de algo, quería aquel embarazo por él, por nosotros, porque así tendría una parte suya en mí. Entonces lloré desconsoladamente preguntándome tantas cosas, hasta que una noche, sin más me levanté y me dirigí al baño, abrí la llave de la ducha, y mientras me quitaba la ropa que había llevado puesta por días, me miré al espejo y me dije: "Ya no hay nada que te ate a él, Mia. Si se fue, tienes que seguir" y me sonreí.
La mañana siguiente me levanté al escuchar al primer vehículo en la calle, corrí las cortinas dejando entrar la luz del sol y abrí las ventanas para ventilar la casa, cosa que no había hecho en días. Me paré frente a la puerta, apreté los puños y juntando mucha fuerza giré la perilla para abrirla, pero para mi sorpresa alguien calló hacía dentro del departamento.
-¡Eli! ¿Qué haces aquí?
Parecía que había pasado la noche en ese lugar, en el piso pegado a la puerta, y sentí una mezcla de enfado y ternura, por lo que deje que lo segundo saliera a flote y lo ayudé a levantarse. Entramos y nos sentamos en el sofá.
- Hace varias noches que vengo, al principio golpeé la puerta y te llamé, pero...te escuché llorando muchas veces, es decir, casi siempre. No quería molestarte pero tampoco quise dejarte sola... Por las dudas me quedé cerca.
Algo dentro de mí se conmovió y lo abracé, llorando, pero esta vez de emoción. Aquello me hizo recapacitar, por lo que me levanté de un salto y busqué mi celular para prenderlo. Al hacerlo tenía cientos de mensajes y llamadas perdidas de Miguel, Carmen, Aisha y, claro, de Eli, pero lo primero que hice fue escribirle a mi amigo y a su madre para decirles que estaba bien.
- Tuve malos días, lo lamento.
- No, yo lo lamento. Te dejé sola en el peor momento por mi puto orgullo, y quiero que sepas que no me importa, Mia.
- ¿De qué estás hablando?
- Lo de tu embarazo - dijo, mirándome fijamente, luego se acercó y se puso en cuclillas frente a mí - te dije que estoy enamorado de tí, y te consta. Sé que es repentino, pero si me aceptas, quiero estar contigo y acompañarte en todo el proceso, quiero estar contigo.
Sus ojos grises estaban completamente húmedos, parecían sinceros y mientras decía aquello tomaba mis manos lentamente.
- Eli, yo...
- No quiero insistir ni presionarte. Pero prométeme que vas a pensarlo, ¿sí?
- No hay necesidad de eso. Ya no hay tal proceso.
El mi observó sin comprender, pero no pude emitir palabra alguna, entonces sólo pude hundir mi rostro lloroso en su cálido pecho, que tantas veces había sido mi pañuelo de lágrimas. Nos dirigimos a mi habitación y nos sentamos en la cama  mientras le conté lo sucedido. El se sentó junto a mí y me abrazó con fuerza, como si quisiera demostrarme cuánto lo sentía con esa brutalidad, pero luego de un rato comencé a bostezar. Al mirar la hora ví que era casi mediodía.
- Voy a salir un rato. Pensaba ir a la casa de Miguel, ¿me acompañas?
- Lo lamento, debo volver a casa. Mamá no se encuentra muy bien y no quiere que salga mucho de casa.
Caminamos juntos hasta la esquina de mi destino, nos despedimos con un  abrazo y él me besó fuertemente en la frente antes de soltarme. A penas golpeé la puerta ésta se abrió y dos sonrientes rostros me dieron la bienvenida.
Carmen y Miguel se acercaron a abrazarme y al entrar mi sorpresa fue muy grande, allí estaba Johnny, sentado frente a la puerta.
- Ey, niña. Hace tiempo que no te veía.
Ambos nos miramos con complicidad, como intentando descifrar si el otro sabía algo de Robby, pero sin decirlo con palabras. Fue claro que la respuesta era no.
Miguel le había contado lo poco que sabíamos acerca de su desaparición, y la única conclusión a la que llegamos fue la de emboscar a Shawn y sacarle información a la fuerza. Esa misma tarde hablamos con Daniel y sí, sería lo que haríamos.
Nos comunicamos con Moon para que averigüe la dirección actual de Shawn y, sin contarle nada (pues no queríamos involucrarla), ella nos facilitó la información: el domicilio se encontraba a unas tres manzanas del dojo de Kreese, junto a un callejón sin salida.
Al día siguiente los muchachos se aparcaron a unos metros de la casa, esperamos a que salga y fue entonces cuando llegó mi hora de actuar. La puerta se abrió y Shawn salió, cuando loa muchachos me hicieron la señal, entonces comencé a pedir ayuda y gritar, entonces el muchacho corrió hacia donde yo estaba y se agachó junto a mí, que estaba sentada en el suelo tomando mi pierna.
En ese mismo instante, mientras el me ayudaba a ponerme de pie, fue interceptado por todo el grupo.
Aquel joven no comprendía que sucedía, pero entonces yo hablé.
- Robby, ¿dónde está?
- ¿Robby? ¿Q..qué Robby?
- No te hagas el gracioso, Robby Keene - le dije alzando la voz.
- Sabemos que fue por tí a la salida de Sylmar - dijo Miguel.
- ¿Keene? ¿Y como voy a saber dónde está?
- ¿Vas a negar que fue por tí? - dijo LaRusso, perdiendo la paciencia.
- ¡Sí! Es decir no voy a negarlo, él fue pero no he vuelto a saber de el desde entonces.
Johnny estaba desesperado, cual perro enjaulado, dando vueltas, esperando el momento para golpearlo, pero Daniel lo estaba conteniendo.
- ¿Por qué razón fue?
- Espera un momento, ¿eres Mia?
Lo miré boquiabierta, sin saber a qué responder, pero entonces agregó:
- Claro, eres su novia. Te vi alguna vez en Sylmar y el me habló de tí, hablaba de la pelirroja.
Ninguno supo qué decir y Shawn volvió a hablar.
- Bien, ahora que sé quien eres puedo hablar pero sólo contigo, no sé quiénes son los demás y no romperé su privacidad.
Luego de algunas miradas Miguel se alejó con Johnny y Miguel. Shawn se paró más relajado y entonces se dirigió a mí.
- Vaya, ¡tenía razón el maldito Keene cuando hablaba de tí!
Lo miré seriamente, sin ninguna expresión, por lo que comenzó a hablar.
- Sé que estaba en problemas con un tal Kreese, ¿Cierto? Hablando en Sylmar me enteré que uno de los guardias fue compañero de pelotón de este tipo Kreese, quien al parecer está involucrado en algunas muertes de su pelotón y este guardia estaba dispuesto a hablar.
- Entonces por eso fue por tí...
- Así es. No somos amigos ni nunca lo fuimos, pero nos tenemos respeto mutuo y cuando supe que podía ayudarlo lo hice, pero es todo lo que sé de él, le di un papel con la información y yo seguí por mi lado y ellos por el otro.
- Lamento esta situación Shawn, pero realmente estamos desesperados por encontrarlo... Espera, ¿dijiste "ellos"? ¿Había alguien más con Robby?
- Sí, lo recuerdo bien, un chico blanco con cabello de cresta color roja.

BAD GUY~ Robby Keene - Cobra Kai fanfic 🖤 (Tanner Buchanan♥️)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora