Al llegar a mi apartamento, Robby vio estacionado afuera, en el jardín, mi viejo tráiler.
- ¡Oh! Sigue con vida - dijo, riendo.
- Bueno, creo que llegué justo a este lugar. Siento que se hubiera desarmado en cualquier momento si lo seguía conduciendo.
Entramos y nos sentamos alrededor de la mesa un momento, en silencio.
- Bueno, es tiempo de celebrar ahora. ¿Me acompañas a cocinar? - expresé, sonriendo.
- Sí, celebrar nuestro reencuentro, sobre todo. Deseaba este momento desde hace seis meses - dijo, mientras tomaba mi mano.
Aquello me hizo sentir increíblemente nerviosa, y bajé la mirada, ruborizada.
Robby notó mi incomodidad y se puso de pie.
- Bien, a cocinar entonces.
Almorzamos mi especialidad: pollo al vino con vegetales, acompañado de algunas cervezas que tenía en el freezer.
Luego, en la sobremesa, le comenté que debía ir a trabajar en dos horas, pero que no tenía problema en que se quede allí si lo deseaba.
- Mia, la verdad no sé dónde ir. Mamá está en rehabilitación y no quiero volver a su departamento. Mi padre vive cerca, pero no quiero verlo.
- Hay espacio aquí. Puedes dormir en este sofá o en el trailer. Tiene todo lo necesario para estar cómodo.
Robby asintió y se dirigió al sofá.
- Ahora quisiera dormir un poco, si no te molesta. No recuerdo la última vez que dormí sin preocuparme de que me golpeen o roben algo.
Me senté junto a él y acaricié su cabello, mirando sus ojos.
- No tienes de qué preocuparte mientras estés aquí. Puedo prestarte mi cama cuando vaya a trabajar, es grande. Pero sólo por hoy - bromeé. El sonrió y tomó mi mano libre mientras acomodaba su cabeza en mi pecho.
Estuvimos sentados así aproximadamente quince minutos, en silencio, y cuando quise hablarle, noté que estaba profundamente dormido.
Acaricié su cabello por la próxima media hora y también me dormí. Afortunadamente desperté a tiempo para tomar el bus al trabajo.
La tarde fue tranquila, no hubo demasiada gente y volví temprano a casa. Cuando me dirigía a la parada de autobuses tomé mi celular para poner algo de música, cuando ví una llamada perdida y un mensaje de unas dos horas atrás. "Mamá" revelaba el destinatario.
No podía creer lo que estaba leyendo, ¿mi madre comunicándose conmigo después de más de un año? No era posible. ¿Qué rayos buscaría de mí? Decidí no prestar atención, pero al subir al bus, una llamada cortó bruscamente la música de mi reproductor. Otra vez mamá.
Decidí atender, pero no respondí al atender. Una voz familiar del otro lado habló.
- Mia... Mia, contesta por favor. Quiero, queremos saber si estás bien.
Era la voz de papá. Había bloqueado su número hacía mas de año y medio. Entonces escuché la voz de mi madre de fondo, al parecer llorando.
- Estoy bien - contesté en seco, y corté la llamada. Acto seguido, bloqueé ese número también.
El viaje a casa se hizo corto, y al llegar no encontré a Robby. Creí que quizá había salido a despejarse, pero al entrar en mi habitación lo encontré profundamente dormido allí, casi a oscuras. Solamente acompañaba la tenue luz de una lámpara de lava roja.
Dejé mis cosas y volví a la cocina, no quise despertarlo, entonces preparé un café y prendí mi computadora.
Vi algunos episodios de una serie de animé y volví a mi habitación. Era tan satisfactorio verlo dormir allí, tan sereno, que me quité mis zapatos y me recosté junto a él. Su perfecto rostro me producía sosiego, y podía observar cada línea en él aún con la débil luz que lo alumbraba.
Su respiración me relajó y caí dormida junto a él, por fin.
Desperté sobresaltada con una extraña sensación en mi rostro, pero al abrir los ojos, allí seguía el, esta vez mirándome y acariciando mi mejilla derecha.
- Disculpa si te asusté - dijo, sonriendo.
- No quise despertarte cuando llegué, estabas tranquilo.
- Sí, dormí muy bien, por fin. Y esta cama es muy cómoda, podría seguir durmiendo por horas, pero creo que es hora de marcharme a mi sofá - comentó, mientras se sentaba en la cama.
Me senté junto a él y apoyé mi cabeza en su hombro.
- ¿Puedo quedarme un momento más aquí? - preguntó con ternura.
¿Cómo podría negarme ante aquello? Asentí y nos acomodamos sobre la cama como la última vez, sobre el césped del parque, sintiendo su corazón latir, mientras acariciaba mi cabello.
- No sé cómo expresar lo agradecido que estoy, Mia. No me conoces mucho y me abriste las puertas de tu casa en un momento que no muchas personas lo harían.
- No espero nada a cambio, sólo hago lo que debo hacer.
Estuvimos horas así, hablando, riendo, cantando, hasta que la luz del amanecer comenzó a asomar por el borde de la cortina de mi habitación.
- Creo que es tarde - le dije, bostezando.
- Yo creo que es temprano - replicó, tocando mi nariz.
- Bueno, depende de cómo lo veas. Tengo clases en dos horas.
Al girar a ver el reloj de pared, vi que eran casi las 7 am, estuvimos toda la noche despiertos.
Había faltado demasiado las últimas semanas, y si bien no tendría dificultad de ningún tipo, por mi emancipación, no quería tener problemas personalmente con los directivos; pero al mirar a mi lado y verlo a él, no quería dejarlo.
Observé a Robby por unos minutos. Tenía su mirada fija en el techo, con su mano derecha en la nuca y su brazo izquierdo rodeándome.
Aún no descifraba qué significaba aquella mirada casi triste, sin embargo no quería dejar de ver sus ojos.
Coloqué mi dedo índice en su frente y recorrí su rostro con él, dibujando una línea por su entrecejo, nariz, filtrum, labios, barbilla, hasta llegar a su cuello, donde me detuve. Él cerró sus ojos y tomó mi mano colocándola sobre su nariz.
- Sentí tu perfume durante varias noches, luego de que vayas a verme.
Hubo un silencio por un momento, y nos miramos a la vez. Robby acercó lentamente su rostro hacia el mío, casi rozando nuestros labios.
Mi corazón palpitaba velozmente mientras sentía su suave respiración en mi piel, entonces no pude tolerar aquella tortura y besé sus labios con suavidad. Él respondió apasionadamente a aquello y me tomó entre sus brazos.
En ese momento sonó mi celular, interrumpiendo aquel momento.
Eran las 9:05 am, horario en el cual debería estar en clase, por lo tanto tomé mi móvil y llamé al colegio para avisar que "estaba enferma" desde hacía dos días.
El mágico instante entre los dos se había roto, pero al colgar la llamada, Robby me atrajo nuevamente hacia él y volvió a besarme, tomando mi rostro con sus manos.
- No vas a escaparte de mí - me dijo, rozando su nariz en mi cuello y amarrándose a mi cuerpo.
Su aroma y su piel eran algo tan exquisito que me fue imposible de resistir, entonces cerré los ojos y me hundí en él.
Cerca del mediodía me levanté de la cama, y con la poca luz que entraba por la ventana pude ver a Robby durmiendo tranquilamente entre mis sábanas de seda negras. Antes de salir de la habitación besé su frente y me dirigí a tomar una ducha. Al entrar a la cocina un mensaje de Miguel llegó a mi móvil.
"Hola, amiga, ¿cómo estás? No te vi hoy en clases".
Le respondí al instante.
"¡Estoy bien! Con algunos asuntos personales, en unos días volveré."
No podía contarle sobre Robby, ni a él ni a nadie. En ese momento, Miguel era a la única persona que podía considerar amiga, pues ya no confiaba en Aisha mientras siga con sus amigos imbéciles, pero no estaba segura de cómo él tomaría aquello. Si bien lo que sucedió entre ambos no me incumbía, no podía negar que había sido algo terrible, y el causante había sido Robby, más no quería elegir entre ellos, pero tampoco quería quedar en el medio.
Robby continuaba descansando, no iba a despertarlo después de no haber dormido en toda la noche, pero sobre todo quería que esté cómodo y tranquilo por fin, después de todos esos meses de encierro.
Recibí un mensaje de uno de mis jefes preguntando si podía comenzar antes mi turno, pues había mucho movimiento turístico e inmediatamente respondí que iría.
Me cambié rápido y corrí a tomar el autobús, no sin antes dejar una nota para Robby sobre la mesa de la cocina:
"Voy corriendo a trabajar, no sé a qué hora regreso.
Siéntete cómodo de hacer lo que quieras."
El boulevard era un caos, decenas y decenas de personas en enormes grupos se dirigían como en manada a cada tienda y restaurante de Encino.
Creo que atendí a unas 400 personas esa tarde entre pedidos y atención en el lugar, lo cual me agotó terriblemente. Terminé tan cansada que no tenía fuerzas para ir hasta la parada del autobús, por lo que uno de mis jefes, Hugh, amablemente me llevó hasta mi apartamento.
Entré y un gran silencio invadía el lugar. Eran las 21:15 pm, y creí que Robby aún podría estar dormido, pero al revisar la casa, no hubo señales de él.
"Es bueno que haya salido", pensé, ya que debería sentirse mejor para haberlo hecho.
Tomé una ducha caliente y me tiré en el sofá a ver algo de televisión mientras esperaba noticias de Robby, pero me di cuenta de que no me había dejado ni una nota, como yo lo había hecho.
¿Quizá ya no pensaba en volver? No debía sacar conclusiones apresuradas, pero podría ser una opción.
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BAD GUY~ Robby Keene - Cobra Kai fanfic 🖤 (Tanner Buchanan♥️)
FanficDicen que los chicos malos nos atraen, y esta vez parece ser cierto. Pero, ¿quién es realmente Robby Keene? ¿Es el malo de la historia?