Prólogo

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La chica perdió todo su autocontrol. Desató toda la ira que había ido conteniendo , para tapar la tristeza.
–¡Cómo has podio!–volvió a dar otro golpe en la pared—Mark...no.
No aguantó más y cayó al suelo abrazando sus rodillas. Perdió la cuenta de las horas que pasó allí llorando , sintiendo como el dolor la quemaba por dentro hasta arrasarla y dejarla hecha cenizas.
Su madre entró y sin dudar un instante la abrazó. No soportaba verla llorar , y soportaba aún menos saber que no podía hacer o decir nada para reconfortarla , porque lo que había ocurrido no se iba a solucionar.

Después de estar abrazada a su madre en el suelo la chica decidió hablar.
—Mamá...
—Eh...—susurró la mujer—todo va a estar bien ¿si? Verás que con el tiempo irás haciéndote a la idea.
—Pero...yo no quiero hacerme a la idea , mamá—dijo ella entre sollozos—le quiero a él.

Dime que me quieresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora