Capitulo nueve.

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El Gato De La Guardiana

Capitulo nueve

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Adrien llegó cerca del atardecer a la mansión, sin siquiera molestarse en avisar su regreso. Fue directo a su habitación y se dejó caer sobre su cama, boca abajo.

Estaba realmente cansado, pues nunca se había imaginado la cantidad de cosas que tenía que aprender con respecto a los Miraculous, cuánto desconocía y cuan al margen había estado todo este tiempo, manejando uno de los miraculous más peligrosos que existían.

Y la palabra «destrucción» fue la palabra clave para que él entendiera eso, ya que recién ahora, tras una larga charla con el maestro Su-Han, finalmente había tomado conciencia de lo que tenía en su mano derecha, tanto que el anillo empezó a sentirse mucho más pesado que antes.

Suspiró y giró quedando boca arriba, para observar a Plagg, que ya estaba atacando su almacén de quesos.

—Estoy sorprendido de cómo alguien que solo come queso, fue capaz de ocasionar tantos sucesos en la historia —dijo con una sonrisa, tratando de empezar una conversación con el diminuto ser.

—¿Qué puedo decirte? —exclamó Plagg, olfateando el camembert que estaba a punto de comer—. Así de especial eres al tenerme. No lo olvides.

—¿Cómo podría olvidarlo? —Adrien se levantó de la cama y se apoyó contra el mueble donde Plagg degustaba su queso—. Pero también, Su Han estaba bastante sorprendido de mis capacidades, ¿viste su cara cuando le respondí en chino a su discurso?

—Tengo que admitir que fue algo gratificante —respondió el pequeño—. No todos los días le ves esa expresión a Su Han, y lo mejor es que no puede reclamarle nada al maestro Fu, por más resentimiento que le carguen en la orden. Él hizo una muy buena elección con ustedes y eso debe estar haciendo que se retuerza de coraje con más ganas.

—¡Plagg! —protestó, pero el Kwami solo se rio mientras seguía comiendo.

—¿Qué? —respondió al sentir la mirada de Adrien—. Por lo general, no tenemos portadores menores de edad, pero Fu se arriesgó con ustedes dos y lo han hecho bien hasta ahora.

—¿Tú crees? —se cruzó de brazos, sin estar muy seguro de las palabras de su compañero.

—Por supuesto. Ahora ustedes no solo son los protectores de París, sino del mundo entero también y siempre han salido airosos de todas las batallas que han tenido contra Hawk Moth, incluso ahora se ha visto en la necesidad de fusionar dos miraculous para hacerles frente. La guardiana y tú, no solo son Ladybug y Chat Noir, son los portadores de los miraculous más poderosos, los que son capaces de destruir la realidad y crear una nueva. ¿Por qué crees que los quiere tanto Shadow Moth? Seguramente, en su vida pasó algo que quiere rehacer.

Adrien no supo que responder. Si bien antes ya sabía que sus miraculous tenían ese poder, no fue hasta que Su Han lo mencionó, que supo que la caja que tenía Ladybug era la Caja Madre, la que dio origen a las demás cajas y los demás Miraculous. Fu nunca le dio mayor información pues solo había hablado con él en dos ocasiones: la primera vez fue para darle una guía rápida de como activar los poderes especiales de Plagg, y la segunda vez, durante la pelea con Aguafiestas, para pedirle que pensara con calma, pero como estaba bastante enfrascado en salvar a Ladybug, poco caso le hizo.

Resopló al pensar en la cantidad de información que desconocía, miró su mano derecha y deslizó el pulgar izquierdo sobre el anillo. Sí, él tenía uno de los Miraculous más poderosos, pero apenas sabía de él, apenas sabía qué hacer.

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