Capitulo 11

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El Gato De La Guardiana

Capítulo 11

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Decir que había dormido algo esa noche, era una vil mentira, pues al verse en el espejo podía ver las ojeras debajo de sus ojos celestes. Suspiró, mientras buscaba algo de corrector para ocultarlas, ante la mirada de los Kwamis que veían a su guardiana totalmente abatida.

Al encontrarlo, se lo aplicó bajo sus ojos y trató de animarse una vez que terminó. ¡Tenía que ser fuerte! Sobre todo porque tenía que fingir que no sabía que Adrien era Chat Noir, cuando lo viera hoy en la escuela. Además, estaban sus sospechas de que algo estaba planeando y no quería decirle, pues no le creía nada a Plagg, cuando le decía que no sabía lo que planeaba su portador.

Y por último, por si fuera poco, Adrien la había invitado a una cita...

Esperen... ¿Una cita?

Se llevó ambas manos a la boca para no gritar por lo que aquello significaba... ¡¡Iba a tener una cita con Adrien Agreste!!

Cerró los ojos, sumamente emocionada, girando sobre sus pies como si estuviera bailando, hasta que la voz de su madre, indicándole que estaba el desayuno listo, la hizo detenerse.

Iba a tener una cita con Adrien... que también era Chat Noir... al que alejó para que no se akumatizara...

¡Ay no!

Antes de que volviera a tener otra crisis, su madre volvió a insistir en que se apurara a bajar, porque se le hacía tarde, así que tomó su teléfono, la mochila y bajó las escaleras de mala gana. Una vez abajo, saludó a su madre y decidió que iba a desayunar en paz, así que sacudió la cabeza para quitar los pensamientos negativos de su mente por un rato.

...

Cuando llegó al colegio vio a Alya y Nino parados en la entrada del colegio. Alya, al verla, cambió su rostro a uno preocupado, acercándose a ella con rapidez.

—¿Estás bien? —le preguntó, a lo que Marinette afirmó con la cabeza. Ante aquel gesto, Alya afirmó sus lentes, incluso pareció como si saliera un brillo malvado de ellos— ¿Entonces? ¿Acaso un gato negro de ojos verdes estuvo fastidiándote toda la noche?

—Algo así —respondió, pues si bien no tenía nada que ver con Chat, gracias a Plagg no había descansado lo suficiente, debido a la pequeña fiesta que organizó en su habitación con todos los Kwamis. Ver cómo se divertían, hizo que entendiera por qué los kwamis insistían tanto en ver a Plagg, pues era como el padre permisivo que no ponía orden, mientras que Tikki era la madre recta que ponía las reglas.

Se río de sus pensamientos al recordar cuando ambos Kwamis la enfrentaron, completamente molestos por aquella comparación, incluso Plagg le dio un golpe mortal, recordándole que, mientras como superhéroes, rechazaba una y otra vez al pobre Chat Noir, como civiles, ella suspiraba e imaginaba una vida con él.

Marinette había aprendido la lección, tomando como nota mental: No molestar al Kwami.

—¿Tienes un gato, Marinette? —la pregunta de Nino hizo que Marinette saliera de sus pensamientos, justo cuando el auto que transportaba a Adrien se detenía frente a ellos.

—¡Hola! —saludó al trio con un gesto de su mano— ¿De qué hablaban?

—Del gato de Marinette —respondió Nino, haciendo que el rubio la mirara. Éste inicialmente se sorprendió, pero luego, una sonrisa ladeada se formó en sus labios cuando se dio cuenta de que ella también lo miraba, y fijamente.

El Gato de la GuardianaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora