Prohibido

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Era miércoles en la tarde, y Jasper y yo caminábamos por la escuela, nos habíamos hecho muy buenos amigos, el me entendía, yo lo entendía. Estaba muy feliz de encontrar a alguien que si quiera ser mi amigo. Por un instante recordé al chico que me había encontrado la semana pasada, el que me había sacado de la cafetería corriendo, el que se leyó Sherlock, Lupin y yo, mi saga de libros favorita desde que tenía doce años, el chico que le había robado un reloj a ese señor vestido muy formalmente, aquel que tenía una sonrisa divertida pero ojos misteriosos e intimidantes, que me ponía nerviosa con tan solo mirarme, por instante recordé a ese chico llamado Seth.

Sacudí mi cabeza intentando alejar esos pensamientos, a penas lo conocía, era un completo desconocido, y no lo había vuelto a ver desde entonces, volví a prestarle atención a Jasper, quien me contaba algo sobre lo que habíamos aprendido en la clase de criaturas fantásticas.

Pero algo me intrigaba, no sabía nada de su pasado, y tenía curiosidad, nos llevábamos ya bastante confianza y yo le había contado mi vida de antes, moría por saber la suya.

—¿Puedo hacerte dos preguntas?

—Por supuesto.

—¿Como era tu vida antes?

El pareció quedarse helado por unos segundos, luego volteó a verme. El y yo fuimos hacia su habitación, dijo que se sentía más cómodo si me lo contaba ahí, yo accedí por supuesto. Su cuarto era pequeño y bonito, un poco desordenado si pero estaba bien.

Ambos nos sentamos en la cama uno frente al otro, el suspiro con la cabeza gacha y comenzó a hablar.

—Yo tenía una linda vida, mi mamá era abogada y mi papá era periodista, amaban lo que hacían, y me amaban a mi. Tenía una hermana pequeña llamada Clara, era muy alegre, también tenía un novio, en secreto...

(Un año atrás)

Jasper caminaba animadamente por la ciudad tarareando una canción que había puesto su padre en la mañana. Vio una florería y compró una rosa roja, a lo lejos diviso a su novio, un joven de cabello café y pecas en el rostro. Jasper sonrió y escondió la rosa detrás de él.

—Hola Adam, te ves lindo hoy.

Adam frunció el ceño y dijo:

—¿Significa que los otros días no me veo bien?

Jasper se puso nervioso de inmediato e inició a hablar rápido.

—¡No! Por supuesto que no, pero hoy estás más lindo, ¡No eso tampoco! Quiero decir si, siempre te ves bien, si eso yo...

El castaño empezó a reír con dulzura, le precia muy tierno de parte de Jasper ponerse tan nervioso, además cuando lo hacía sé sonrojaba, lo que le causaba más ternura.

—Tranquilo, era broma.

Ambos sonrieron mirándose fijamente a los ojos, y se besaron, al separase Jasper colocó la rosa que había comprado en medio de ambos.

—Feliz cumpleaños Adam.

El sonrió y tomó la rosa con entusiasmo, la olió sonriendo y después le dio un beso en la mejilla a su novio.

—Me encanta, muchas gracias.

Ellos hablaron por mucho tiempo, el parque era un lugar muy tranquilo, niños jugaban, personas hablaban y todo parecía fluir perfectamente.

Después de mucho tiempo se despidieron y cada uno volvió a su respectivo hogar.

Adam entró a su casa con una sonrisa boba en la cara y sosteniendo la rosa con una mano. Todo era genial, hasta que levantó su mirada, vio a su madre de brazos cruzados en medio de la escalera.

—Vaya, vaya, vaya, pero miren quien llegó.

—Ma...mamá, creí que...que estabas trabajando.

—Volví para celebrar tú cumpleaños pero veo que ya lo hiciste, con tu...novio ese—dijo con desprecio.

—Yo...

—¡Tú nada! ¡Entiende que eso no está bien!

—¡Por supuesto que si! ¡El me ama y yo lo amo!

—¡Eres muy joven para saberlo! ¡Te dije que le terminarás!

—Nunca lo haré mamá, si es que puedo llamarte así—dijo Adam con firmeza y dolor.

—Te prohíbo que estés con el y con algún hombre en tu vida.

—¡Tú no me puedes prohibir nada! ¡Es mi vida!

—Lo hago porque te amo cariño.

—No.

Ella lo miro con ira.

—¿Que?

—Tú no me amas, uno no lastima a las personas que ama, y tú lo hiciste, me lastimaste.

—¡Claro que te amo! Deja de decir estupideces.

—¡Si me amaras me dejarías estar con la persona que yo amo! Me dejarías ser feliz.

Su madre bajo lo que quedaba de las escaleras, levantó su mano y le pegó una fuerte cachetada. Luego lo tomo de la camiseta y le dijo claro y fuerte.

—Si no terminas con el, juro que le haré un daño, y después te arrepentirás de no haberme hecho caso.

Ella se fue dejando solo a Adam.
El se sentía devastado, recibir todo ese odio de su propia madre, que no lo aceptara, que le prohibiera amar. Pensaba en Jasper, no quería lastimarlo, pero tendría que hacerlo, lastimarse ambos para que al final pudiesen estar bien.
Su madre nunca entendería que amar esta bien, que el solo era una persona enamorada de otra, que todos tienen el maldito derecho de amar a quien se le de la maldita gana.

Adam cayó de rodillas, soltando lágrimas y con el corazón roto,

                              (•••)

—Perdóname—Exclamó el castaño derramando lágrimas saladas, las cuales se deslizaban por todo su rostro, cayendo en el pasto de aquel parque, el cual hace un día estaban, sonrientes y felices, ahora estaban destrozados y jodidamente tristes.

—Ella nunca me dejará estar contigo—dijo terminando la oración.

—Lo tengo bastante claro—Le respondió Jasper con sus ojos cristalizados.

Adam clavó su mirada en los ojos del otro joven.

—Quiero amarte—Dijo con su voz rota—Pero no puedo...

El chico lo abrazó con fuerza rompiendo en llanto, se separaron mirándose a los ojos los cuales estaban hundidos en un profundo dolor. Ambos juntaron sus frentes y el chico pronunció:

—Lo sé, mi amor...

(Actualidad)

—Me fui roto de ese parque, no sin antes verlo irse por última vez, le dije que lo esperaría, que cuando seamos más grandes y ya no esté viviendo con su madre podríamos estar finalmente juntos. —Jasper suspiró profundo y continuó—Nunca pasó, ya que por estar llorando se me nubló la vista y me atropellaron, nunca pudimos estar juntos...

Lo mire con tanta pena, la historia me había llegado realmente, vi su rostro y no tenía expresión alguna, aunque en sus ojos se veía tristeza. Lo abrace lo más fuerte que pude y el me correspondió.

Explotó en llanto mientras me abrazaba, y yo lo entendía perfectamente. Nunca más podría ver a Adam, nunca más vería a su familia, Adam y el no tendrían un final feliz juntos, y todo porque al chico de cabello castaño con pecas en el rostro, le prohibieron poder amar.

The strangers -Tan igualmente diferentes Donde viven las historias. Descúbrelo ahora