Ilumins

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Arrebola, un lugar donde las personas con dones especiales aprendían a usarlos con sabiduría y responsabilidad. La reina al salvarte de morir, te devolvía a la vida con un don correspondiente a como habías muerto, no les pasaba a todos, algunos tenían otros dones o solo uno. Murió ahogado, poder de agua, quemados, fuego, y así. Un milagro para algunos, y para mi, una pesadilla constante. ¿Recordar como habías muerto para el resto de tu vida? ¿Llevar siempre tú muerte contigo? La reina te salvaba de la muerte y a partir de ahí tenías que servirle, aprendes a controlar tus poderes en esta escuela.
Algunos tenían más de un poder, ellos se llamaban ilumins.
O eso es lo que había logrado entender de lo que decía la señora que se encontraba arriba del escenario.
Eramos unos veinte chicos y chicas en el salón, todos estaban sentados mirando con atención a la señora pelirroja. Yo solo podía observar los detalles de la habitación, el techo tenía pinturas hermosas y una gran lámpara colgaba de el, parecía de cristal tal vez oro, o tal vez estaba siendo demasiado exagerada considerando que nunca había visto ninguno de esos dos.

—Para descubrir a la perfección todos sus nuevos dones, se someterán a un par de pruebas. No se preocupen, si hacen bien esto es probable que no tengan ninguna herida de gravedad. Aún así tengan cuidado. Los separaremos por una característica física, los de cabello negro hagan una fila a la derecha, los pelirrojos a la izquierda, los castaños una en medio y los rubios por aquí, si tienen algún otro color por favor vengan conmigo.

Me fui con los de cabello rubio, camine a paso rápido, estaba en el medio de la fila y mis nervios cada vez se hacían más presentes. Respire hondo y di un paso al frente.

—Hola, seré tu guía hoy, mi nombre es Arawn, soy del área de los Eves.

—Eves?

—Si, los que tenemos sólo don de hielo.—dijo haciendo una anotación en una plantilla—por favor ven por aquí.

Me guío hacia una habitación, estaba oscura y no había nada en ella, el suelo parecía perfectamente liso, las paredes eran de espejo y podía ver mi reflejo, estaba muy despeinada debo decir.

—Tú solo debes quedarte aquí—me inyecto algo, no dolió pero no sabía lo que era—yo estaré por acá—Se paro detrás de un vidrio—Aparecerán varios elementos y tú tendrás que ver si puedes y eres capaz de controlarlos, dudas?

—No...creo.

Deje de escucharlo, cerré los ojos y calmé mi respiración, sentí mucho calor y al abrirlos vi fuego a mi alrededor.

—Tienes que intentar controlarlo—Me dijo una voz, la voz del guía.

Estaba nerviosa, muy asustada, el humo inundaba los fosas nasales y estaba temblando. Respire hondo y me dispuse a tranquilizarme, tenía que hacerlo bien. Puse mi mano frente a mi y me calmé, estaba haciendo un movimiento como si quisiera decirle al fuego que parara. Cerré los ojos, tome aire y al soltarlo el fuego se hizo para atrás, mi mano tiritaba un poco pero lo estaba haciendo, podía controlarlo. Me concentre un poco más e imagine lo que quería que se crease, agua, necesitaba agua, con mi otra mano hice un movimiento, cerré los ojos y estaba creando una bola de agua por mi mano! Era increíble! Rápidamente la tire hacia el fuego y este disminuyó increíblemente. Me giré y ya no estaba en la habitación, ahora estaba en un campo de girasoles, era inmenso, mire a mi alrededor, todos estaban secos.

—Tienes que hacer que vuelvan a estar bien.—Dijo el chico que no tenía ni idea donde estaba.

Esta bien, yo puedo, me arrodille y puse mis manos en la tierra, cerré los ojos e hice mi mayor esfuerzo, sentía como energía brotaba de mi, que todo fluía increíblemente, joder, lo estaba haciendo! Al abrir mis ojos vi como los girasoles median como cinco metros de alto, tenían frondosas hojas, eran maravillosos, siempre habían sido mi flor favorita. Mi madre solía cultivarlos mucho, en mi cumpleaños, mi papá me regalaba un girasol, los tenía guardados en un lugar especial y sentimental para mi.

Sonreí, pero oí un ruido, quería ver que era pero no alcancé porque ya estaba cayendo y cayendo, solté un grito de terror. Me afirme de algo, parecía ser una rama, busque desesperadamente donde me encontraba. Era un acantilado. Querían matarme definitivamente.

—Mira a ese hombre de allá! Está cayendo, tienes que crear aire y dejarlo en la tierra!

—Como se supone que haga eso?! Estás loco!

—Como hiciste lo demás! Confía en ti!

Clave mis ojos en el hombre, tome fuerzas y abrí mi mano en su dirección, respire con fuerza, deje de oír los gritos del hombre, oh por Dios, murió? Pero cuando vi, estaba el riéndose con un tono de alivio, lo había conseguido. Lo dejé cuidadosamente en la tierra.

Deje de sonreír cuando sentí la rama en la que estaba sujetada quebrarse cada vez más.

"Oh oh"

Caí del acantilado, un grito, adrenalina y terror.
Desperté en algo húmedo bajo de mi, pero que rayos...

En la playa? Quede desconcertada, tenía dudas de lo que pudiese venir ahora, hasta que mire al frente, una ola gigante se acercaba a mi.

—Que mierda tengo que hacer ahora?!—Le grite desesperada a Arawn.

—Lo que tú creas correcto!

Agua? Fuego? Aire? Tierra? Que hago?! No lo pensé dos veces y simplemente hice un movimiento brusco y desesperado colocando mis brazos frente a mi esperando que saliese lo que fuera. Sentí frío en mis manos, estaba creando hielo! También era como Arawn. Congele toda la ola, estaba cansada. La ola congelada se acercaba a mi, y más encima descubrí que venía hacia mi todo lo que había causado esto. Un rayo.

Nononono no puede ser! No ahora! No cuando estabas intentando salir viva de esto!
No supe más, lo último que recuerdo soy yo tratando de sostener el rayo con una mano, lo logre durante un tiempo, pero el peso del hielo no me pudo permitirme aguantar más. Ahora estaba acostada en un sillón rojo en otra habitación, me dolía fuertemente la cabeza y me sentía agotada.

—Lo hiciste bien, buen tiempo.—me felicito el castaño, tenía un lunar en la mejilla derecha, iba vestido con un uniforme, una camisa celeste con un escudo en la parte izquierda y un pantalón blanco.

—Pero estuve allí metida como veinte minutos.

—Estuviste cinco minutos—me sonrió Arawn, me tendió una bebida caliente y yo la tome un poco tímida.

—Cuál fue mi resultado?

El me sonrió amablemente y me dijo:

—Felicidades Iris, eres una ilumins.

The strangers -Tan igualmente diferentes Donde viven las historias. Descúbrelo ahora