The strangers -Tan igualmente diferentes

A las 6

—Hola Jasper.—dije saludando a mi amigo con una sonrisa.

—Vaya, no te esperaba aquí tan pronto.—me respondió rodando los ojos.

—Solo fueron quince minutos.

—Multiplicados por tres.

Yo solo me reí y lo mire con ojos de arrepentimiento.

—Lo siento, en verdad.

El no me miro, solo tenia la vista en el piso.

—No sé si pueda perdonarte ya, Iris.—dijo el dramáticamente.

—Si lo haces, te compro un pastel de moras.

—¡Perdonada!

Yo me reí sentándome a su lado, vi el jardín, las flores bailaban con el viento, transmitía mucha calma, habían un par de hadas regándolas.

—¿Y?

—¿Y que?—pregunte confundida.

—¿Tienes algo que decir? Algún chisme, alguna cosa, habla Iris, habla.

—Bueno...

Pensé en que decir, la verdad no tenía nada, la profesora de magias me había retado por casi quedarme dormida en clase, quería enojarme con ella pero no podía.

—No, nada ¿Y tú?

—Bueeeno, el chico de la clase de pelea es muy lindo conmigo, hoy lo invite a salir, y ¡dijo que si!

Salte de la emoción en ese momento.

—Jas, eso es increíble, estoy segura de que les irá genial, ¿Donde lo llevarás?

—Estaba pensando en salir, pero el único día que podemos hacerlo es el sábado, y hoy es lunes, además ¿donde iríamos?

—A muchas partes, tienes todos estos días para pensar, pasear por la ciudad, ir a ver los fuegos artificiales que darán, ¿no sería increíble?

—Puede ser...gracias Iris.

Yo le sonreí con amabilidad.

—Pero, estoy recordando, ¿tú no me debías algo?—dijo con una ceja levantada.

—Recuérdame no llegar tarde a más lugares, mis ahorros se gastarán en múltiples disculpas.

(•••)

Estaba leyendo en una rama del sauce en el que había conocido a ese chico de pelo negro, no recordaba su nombre ¿COMO PODÍA OLVIDAR ALGO TAN IMPORTANTE? Pero lo hice, genial Iris.
Hace unos días lo recordaba, pero ya no, era algo con S, estoy segura.
Pero me distraía observando el árbol, ese maravilloso sauce, era de gran tamaño, pero este tenía algo en particular, no era verde como la última vez que había estado aquí, ahora era de otro color, blanco.

—Hey, rubia.

¿Que? ¿Quien era? Esa voz...esa voz me resultaba tan familiar. Podría ser...NO, imposible, ¿o no?

Intente ver quien era apoyándome en una rama que estaba cerca, pero como soy tan ágil, como siempre, caí.
Solté un grito pero no caí en algo duro como imaginaba, benditas hojas de otoño. Hojas de colores rojo, naranja amarillo y cafés volaron a mi alrededor.

— Joder, no te preguntaré si estás bien, por que es obvio que no, pero debo decirte...que gran caída.—dijo la voz y luego escuché una pequeña risa.

¿Que?
ME CAÍ DE UN ÁRBOL DE GRAN ALTURA, TERMINE VIVA Y EL SOLO DICE "gran caída" y más encima se reía de mi.
Levante mi mirada furiosa dispuesta a decirle algo.