Parte sin título 4

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La noche era oscura cuando Tiara descendió por la escalinata de su casa para salir al patio donde un cochero la esperaba. Una voz proveniente de la oscuridad la sacó del sigilo con el que se movía al escuchar la voz de Dafne:

-No deberías salir sola a estas horas, es peligroso.

Tiara se giró en un respingo.

-Y tu no deberías estar levantada a estas horas. ¿No te dio madame Sanem un té de hierbas para poder dormir?

-No me hizo ningún efecto. Voy a quedarme aquí levantada hasta el amanecer. Tengo miedo, Tiara, Steam morirá en ese duelo. No tiene nada que hacer contra Logan Hamilton. Es un tipo cuyo prestigio como espadachín lo precede.

Tiara exhaló el aire ruidosamente y Dafne comprendió que estaba irritada.

-Escúchame, Dafne, voy a tratar de impedir ese duelo pero para eso necesito que ni tú ni tu madre os metáis en esto.

-¿Cómo lo vas a hacer? - Preguntó Dafne.

-Eso es asunto mío, prima. - Tiara puso sus manos sobre las de su prima y la obligó a levantarse. - Quiero que te vayas a dormir ahora mismo. Me da igual si lo consigues o no pero te vas a ir a la cama y mañana te vas a levantar a tu hora acostumbrada. Si tu madre pregunta por mí le dices que estoy en Beau Eau, la cabaña que hay junto al bosque. Le dirás que no soporto la calima reinante y que prefiero respirar aire puro. Eso será todo. Y no se os ocurra aparecer por allí. ¿Entendido?

Dafne la miró de lleno con sus grandes ojos castaños. Estuvo a punto de preguntar algo más pero se detuvo. Conocía muy bien a Tiara, sabía que lo mejor era no importunarla con preguntas cuando tomaba una decisión. 

-¿Me prometes que Steam no resultará muerto de esto? 

Tiara suspiró.

-Te prometo que lo voy a intentar.

Dafne obedeció y Tiara salió al patio. El cielo estaba cubierto de nubes bajas y Tiara se felicitó por haber decidido salir a esa hora porque , sin duda, al día siguiente habría lluvias. Eran necesarias para que el estado de Luisiana se enfriara un poco puesto que en los dos últimos días el calor se había tornado realmente sofocante. Aquello también sería una buena excusa para Madame Sanem puesto que sabía que a Tiara se le hacía difícil soportar la humedad si no tenía un lago natural, un río o una tina de agua fresca cerca.

En Beau Eau había un lugar para llevar a cabo su plan. La vivienda era básicamente una casa de estilo colonial con matices llenos de españolidad por todas partes; geranios en las ventanas, hiedras creciendo por las paredes, patio al estilo andaluz y fachadas blancas. Pero junto a la gran vivienda que había heredado Tiara, estaba la vivienda de invitados. El nombre era solo un eufemismo. En realidad, el cuarto de invitados era una habitación que el padre de Tiara había mandado construir para alojar a un hermano suyo que tenía problemas de demencia. El buen hombre tenía claro que no iba a encerrar a su hermano en una institución pero tampoco lo quería cerca de su esposa y sus hijas, de manera que construyó una habitación confortable pero con suficiente seguridad como para alojar a un enajenado. 

Tiara le dio una dirección al cochero que la esperaba y se metió en el carruaje. Sabía muy bien donde estaba Logan Hamilton. Había seguido su vida durante tres años. No era un hombre asiduo a las prostitutas, tampoco tenía una hermosa cuarterona de color que le diera hijos ilegítimos y mulatos. Sus amantes solían ser mujeres blancas y bellas, casi todas ellas actrices o bailarinas. Casi siempre daba un salto de una a otra después de pagar a base de regalos o propiedades a la última amante.

Seguir las andanzas del asesino de su prometido le procuraba una tranquilidad morbosa. Era como si esperaba que la vida lo tratara mal puesto que un ser maravilloso como su prometido había muerto a manos de aquel idiota. Y, estaba segura, que de alguna manera ella podría cobrarse la pérdida de su prometido.

Lo vio salir envuelto en una capa negra. No le había visto la cara en el baile pero recordaba su imponente altura y la anchura de hombros.

¡Era él, no había duda!

-Buenas noches, señor Logan.



Un beso dulceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora