No sospeché nunca que sería una de esas personas. Nunca pensé que me tocara a mi.
Todo comenzó de niño, cuando vi a mis padres felices. Mi padre se iba temprano a trabajar y volvía del trabajo tarde a mediodía cuando mi hermana, mi madre y yo ya habíamos almorzado. Era la cara de mi madre lo que me enseñó que era el amor. Cuando mi madre volvía a casa después de que mi padre volviera de trabajar era la cara más bonita que veré en mi vida. Ella le amaba, le amaba con toda su alma.
Yo crecí en un ambiente feliz, no faltaba de nada en casa, mi hermana y yo, (el pequeño) jugábamos en nuestro cuarto cuando mamá hacía las cosas que nosotros por nosotros mismos no podíamos hacer y todo era perfecto.¿Que os parece hasta ahora? ¿El final feliz? Puede que fuera la consecución del amor para mis padres, pero no era más que el principio de la dura historia de mi hermana y yo.
Prosigo, aún recuerdo la primera vez que aprendí a resolver un puzzle, y lo feliz que me sentí al hacerlo. Tenía como un año y medio dos de vida. Yo había despertado de una siesta después de chupar teta de mamá. Mi madre me había puesto en el parque de bebés para que no me perdiera por la casa gateando. apenas sabía ponerme de pie, pero con lo poco que había aprendido de ello , me agarré de los barrotes y me puse a llorar reclamando el cariño de mi madre.
Nos quedamos por esta parte.ya seguiremos como me di cuenta de que la vida es un puzzle más adelante, por ahora hasta aquí tenéis que saber.