Capítulo 2

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Me duele mucho el cuerpo, veo una luz, no, otra vez estoy en mis pesadillas, aunque, esta vez no hay nada debajo de mí, me duele la cabeza, la luz no se mueve, mis ojos pesan, ¿qué me pasa? ¿dónde estoy?, debo mantener la calma, mi ansiedad no ayuda cuando estoy frente a algo nuevo, se me hace difícil seguir respirando, no puedo más la ansiedad me gana y me levanto de golpe.

No puedo mover bien mi cabeza, no mi torso.

Un hospital, no entiendo que me pasó. Solo tengo un breve recuerdo, busco por toda la habitación algo que me guíe o alguien que me de una idea de que hago aquí,  no encuentro nada, camino hacia la ventana, estoy en un cuarto o quinto piso, tiene una vista hermosa, no puede ser , ya es de noche , no puedo estar aquí, a la mente llega la imagen de mi hermano, ¿Qué pasó? , debo tener respuestas.
Esto no esta en mi control,  no puedo quedarme así.
Al volver a la cama en la que estaba encuentro un control con un botón de color rojo, lo aplasto, he visto en películas que eso hacen cuando necesitan a una enfermera o ayuda, pero no, mi cama comienza a levantarse , no entiendo nada de lo que esta pasando, solo sé que debo dejar ese control tranquilo,  me canso de esperar y camino hacia la puerta,  salgo de esa habitación,  tener todo de blanco me desespera, al salir me encuentro con una enfermera, la cuál se asusta al verme salir de ahí,  así que me agarra del brazo y me lleva dentro de esa habitación.

-Me alegra que hayas despertado pero debes guardar reposo- me dice con una sonrisa.

-Disculpe, pero necesito hablar a mis padres, ellos deben saber que estoy aquí, además mi hermano debe estar esperándome.
¿Mis cosas?, ¿Dónde están mis pertenencias?- estaba entrando en un ataque de ansiedad.

La enfermera se da cuenta que es lo que esta pasando así  que me sostiene de los hombros y con una tranquilidad me dice:

-Tus padres están  afuera, estaban esperando a que despiertes, ellos podrían informarte sobre tu hermano, pero por ahora debemos hacerte unas pruebas para saber que estés fuera de todo peligro- dijo muy cordialmente.

-Esta bien- quiero acabar con esto.

Estoy tratando de ser fuerte y acabar con el dolor que recorre mi cuerpo, me doy cuenta que tengo el busto con vendas, el cual apenas lo veo, y un cuello ortopédico me quedo absorta de todo, la enfermera se da cuenta y me explica que estoy rota dos costillas y tuve una fuerte caida el cuál me causo una lesión leve en mi cuello.

Me refriego el puente de mi nariz, la enfermera no dice más, quiero respuestas, necesito respuestas.

Al acabar con todas las muestras que la enfermera me pide, hago caso a los cuidados y a todo lo que respecta al tratamiento,  ella sale pero antes, me dice que debo reposar por una semana, a lo que asiento. Mi familia entra cuando ella sale de aquí. 

-¿Estás bien? ¿Te duele? ¿Puedes ver bien?- mi mamá estaba muy preocupada.

-Si mamá pero no entiendo, ¿Qué me pasó? – mi papá se acerca y besa mi frente.

- Lo que nos supieron explicar es que estabas caminando a la escuela de Emmanuel, y una moto perdió los frenos y se impacto contigo, la moto primero impacto con un poste y el rebote que tuvo fue donde ti.- explicaba Kilian.

-Se supone que el rebote debe ser lo peor ¿no? ¿Cómo es que solo sufrí con mis costillas?- eran muchas preguntas dentro de mí.

-Según los testigos, fue alguien que te empujó  al caer perdiste el conocimiento, y después de dos días acabas de despertar, aquella persona hizo que no murieras.- mi papá estaba muy serio.

Dos días,  es en serio, que fue lo que pasó, no entiendo muy bien que es lo que pasó,  solo recuerdo estar en una calle y una alarma no recuerdo más.

Los secretos de Keira. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora