Después (G!P) ✔️

Capítulo 39

Cuenta Cheryl

~PASADO~

Miami

Entré y miré alrededor buscándola, pero lo primero que pensé fue que si yo trabajara en una biblioteca todas las mañanas me pegaría un tiro. Cada vez que vengo pienso lo mismo, y siempre estaban los mismos tres ancianos con crucigramas

Tenía que ser la que estaba sentada en la mesa del fondo con el con el celular en las manos. Ella tenía el rostro agachado pero desde lejos pude ver sus largas pestañas y su pelo marrón con mechas rosas. Dudo mucho que Verónica se haya vuelto loca por la anciana de pelo canoso que estaba sentada en la mesa que estaba en diagonal a la mía, así que tenía que ser esa chica. Ella estaba ocupado organizando unos papeles sobre su escritorio, pero subió su mirada unos segundos para observarla desde su lugar de trabajo

Reí

No podía creer que se comportara como una adolescente. Todos me dicen que soy sociable porque hago chistes sobre cualquier cosa, aunque lo que no saben es que Verónica me gana por lejos, pero ella es ese tipo de persona que te cuenta el chiste por debajo de la mesa para que te rías solo tú, y con el tema de ligar es igual, a veces había que darle un empujón

Caminé hasta su escritorio y cuando me vio suspiró mientras revoleaba sus ojos

- ¿Te acuerdas lo que pasó la última vez que viniste a visitarme?

- Si, casi nos echan a las dos

- Cheryl ya sabes lo mucho que te quiero y lo feliz que estoy desde que te mudaste, pero ya sabes dónde está la puerta

- Vine para ayudarte con ella

La señale con la cabeza, Verónica alzó las cejas y negó firmemente

- No jodas Marjorie

- ¿Por qué no? Te la pasas diciendo que estás desesperada por coquetearle pero no te veo haciendo nada al respecto

Sus labios formaron una línea recta

- Chau, te veo en casa

Acomodó unos papales dentro de una carpeta marrón

- Se cortó el internet en el departamento, por eso vine a dar una vuelta

Me alejé antes de que me revoleara algo. Fui hasta la mesa donde estaba la morocha y arrimé una silla para sentarme. Es preciosa, parece una muñeca de porcelana. Ella bloqueó el celular y juntó sus cosas

- ¿Ya te vas?

Sus ojos me miraron dijo y comprendí la obsesión de Verónica hacia ella

- Si, ya me estoy yendo

- Espera un segundo

- Perdón, estoy apurada

Lancé una carcajada

- ¿Apurada? ¿Para qué estaría apurada una chica que viene los sábados a la mañana a leer libros?

Decir en voz alto lo primero que se me venía a la mente era algo sobre lo que debía trabajar

Ella alzó las cejas y volvió a poner sus cosas donde estaban. Cruzó los brazos hacia la mesa y se inclinó hacia mí

Sonreí

- ¿Tu cómo sabes que solo vengo los sábados a la mañana?

- ¿Ves esa chica que está allá atrás?

Gire mi cabeza sobre mi hombro y señalé a Verónica, quien no dejaba de mirarme con su peor cara

- Se llama Verónica, y la enamoraste