Capítulo 21

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Cuenta Toni

Desperté cuando su brazo dejó de abrazarme por la cintura. Se levantó y salió para ir al baño que estaba en frente de su cuarto. Me senté en la cama y la realidad me golpeó junto a la culpa, sentía como si las cuatro paredes de la habitación me estuviesen mirando fijo y negando con la cabeza. Estaba harta de sentirme así cuando estaba con ella, especialmente después de las noches que pasamos juntas

Suspirando, y sin moverme mucho, alcancé mi ropa interior y me la puse con calma mientras escuchaba el agua saliendo del lavamanos. Me asomé al piso y lo primero que vi fue su abrigo, así que me la puse encima y salí de la habitación. Caminé descalza hasta el balcón y respiré profundo el olor de la lluvia que se mezcló con su olor impregnado en el abrigo

Disfruté del aire fresco dejando que el viento me despeinara un poco. Observé a las personas caminando a paso rápido para refugiarse de la lluvia, mientras que los autos empezaban a quedarse atrasados en tráfico. Me sobresalté al sentir su mano deslizándose en mi cintura, pero al segundo me relajé

- Pasa al baño si quieres

Beso la coronilla de mi cabeza antes de volver a entrar al departamento

A este punto sabía que ya no había mucho que hacer, porque acababa de confirmar que esto era más que una calentura, lo que claramente me dejó más intranquila que antes

Entré de nuevo para ir al baño, me lavé la cara con agua fría, enjuagué mi boca, me miré en el espejo y con calma desenredé mi pelo con los dedos. Fue inevitable juzgarme a mi misma al verme semidesnuda debajo de su campera y sentí terror por quedarme sola con esos pensamientos destruyentes, así que salí

Reí al verla putear a la cafetera y mis ojos rápidamente recorrieron su espalda donde tenía algunas marcas sutiles de mis uñas. Me acerqué y la aparté para darle una mano. Presioné unos botones y la máquina empezó a funcionar.

- Es nueva, pero no tengo idea de cómo funciona 

Abrió uno de los estantes para agarrar una caja de cereales y luego sacó la leche de la heladera. Dejó amabas cosas en la mesa antes de buscar un plato hondo y una cuchara

- ¿Quieres?

- ¿Tienes algo más?

- No sé su majestad, ayer esos bestias me dejaron si nada

Se sentó sobre la silla y empezó a preparar su leche con cereales. Rodé los ojos por el "su majestad". Abrí la puerta de la heladera y encontré un poco de pan junto a algunos huevos

- ¿Puedo? - Pregunte

Sostuve el pan y los hueves en mis manos. Cheryl asintió mientras me miraba atenta y no perdí tiempo en hacerme el desayuno ya que estaba hambrienta

- Me gusta como te vez chiquita pero... ¿No tienes frió?

Giré mi cabeza sobre mi hombro y la vi llevarse una cucharada a la boca mientras me miraba de pies a cabeza

- Me gusta el frió

Volví a lo que estaba haciendo. Unos minutos después me senté a su lado con mi plato lleno y cubiertos, aunque Cheryl ya había terminado con sus cereales

- ¿Qué hora es?

- Las once

Comí en silencio mientras que ella tenía la mirada perdida. Se levantó unos minutos a recoger y limpiar un poco, y luego regresó a la mesa con una taza de café para mi. Le agradecí con una sonrisa que me devolvió

- ¿Te puedo preguntar algo?

Miré le plato y removí los huevos en el tenedor. Cheryl asintió agachando la cabeza y acomodándose el pelo con la mano

- ¿En serio tengo todo lo que detestar en una mujer?

Alzó la cabeza y de reojo noté como me miro confundida. Le di un sorbo a mi café y tragué antes de llevar mi mirada a ella

- ¿Te acuerdas cuando me llamaste hace un mes a las tres de la mañana?

Asintió masajeándose la nuca

- Pensé que te habías olvidado

Alcé las cejas incrédula

- Una mujer nunca se olvida cuando alguien le dice algo así y además no lo encuentro mucho sentido a lo que dijiste

No  le encuentro mucho sentido a lo que dijiste porque terminaste acostándote conmigo

- Perdóname, no tendría que haberte dicho esa estupidez 

Me burlé en mis adentros, creo que es la tercera vez que escuchaba esa disculpa de su parte

- ¿Es cierto o no?

Mi pregunta sonó desinteresada y fingí que no me interesaba ni un poco. Me acarició el pelo y negó con la cabeza

- No, no es cierto

Me levanté con el plato vacío para ir a lavarlo y cuando terminé Cheryl me detuvo sosteniéndome por las caderas para hacerme girar. Apoyó confiadamente su cuerpo contra el mío y un sutil gemido se escapó de mis labios

- Está bien, lo que te dije si es verdad

Fruncí el ceño

- ¿Qué es eso que tanto detestas de mi? ¿Qué te hice?

Rió

- Eres egocéntrica, aburrida, creída y antipática, al menos lo haz sido conmigo desde que te conocí

Siempre me dolió que las personas tuviesen esos prejuicios sobre mi y mi familia, excepto cuando conocí a Cheryl, porque nunca me importó lo que ella pensara de mi, pero después de todo necesitaba admitir que yo también me había equivocado con ella

- Tal vez tengas razón, pero te puedo asegurar que hace nueve meses ocurrió un antes y un después en mi vida que me obligó a replantearme muchas cosas de mí misma

Me sonrió con ternura tras mi confesión vulnerable. Me agarró por los muslos para colocarme en la encimera y me sostuve agarrándome de sus hombros

- No sé si eso fue una disculpa, pero creo que te perdono

Sonrió y mostró sus dientes. Tomé su nuca y la acerqué más para besarla

- ¿Me devuelves el abrigo?

Rozó sus labios con los míos y acarició mis piernas

- Es tuyo, agárralo tú

Mordí su labio inferior mientras que con sus manos me deslizaba el abrigo por los hombros. Con firmeza apoyó su boca sobre la mía y la entreabrí dejando que su lengua llevara el control. Nos tomó un segundo apartar la prenda que cubría mi parte íntima y bajar su jogging

Corté el beso y mordí su labio con fuerza cuando sentí su miembro erecto. Llevé mis manos a sus hombros y las deslicé por su espalda. Su boca ahora estaba a la altura de mi oreja, y se me puso la piel de gallina al escuchar tan cerca su respiración y los gemidos que emitía

Cinco minutos después nos encontrábamos acostadas y agitadas sobre el sillón. Dejó caer su cabeza en el hueco de mi cuello mientras yo disfrutaba de la ola de placer que me recorría el cuerpo. Pocos segundos después levantó el torso y apoyó el peso de su cuerpo en un brazo. Sonreí por la carita que tenía y sus ojos achinados. Con ambas manos le acomodé el pelo

- Ya debería irme, en mi casa deben pensar que me secuestraron o algo

Asintió observándome con una expresión tranquila. Se inclinó para dejarme un beso corto en los labios y luego en la frente

- ¿Te llevó?

- No, me voy a ir en taxi

Se levantó con mucha flojera y extendí mis brazos hacia ella para que me ayudara a hacer lo mismo

Después (G!P) ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora