Especial de Navidad.

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WinWin sonrío la abrasadora calidez de su hogar.
Cerro la puerta dejando todo él, sin prisa se quitó el abrigo y los zapatos por el esposo encaminarse con sus cómodos zapatillas ya puestas hacia dentro.

No solo la calidez de su hogar lo envolvió aun más al dar unos
cuántos pasos dentro, sino que también lo golpeó dulcemente un aroma a comida caliente pastel recién horneado.

Su estómago gruñó contento con la buena noticia.

Imaginándose que ya estaba en casa agudizó sus oídos y distinguió la suave voz de su esposo entonando una dulce canción.

Con todo el regocijo del mundo, y a pesar del cansancio se encaminó animadamente a la cocina, divisando primeramente allí la espalda y el cabello alborotado de Yuta.

Sonrió brillantemente y sin pensárselo mucho, extendió sus brazos y acobijo al más bajito entre ellos.

- Ya llegué a casa.- Le susurro al oído después de que este día era un saltito sorprendido.

La risa de su esposo no tarda en llegarle al corazón y así como solía ser siempre, el más bajito se removió entre sus brazos para dar la vuelta y rodearlo con sus brazos también.

- Bienvenido a casa.-

WinWin había trabajado en eso, Yuta no era tan demostrativo en un principio, así que le llenaba de emoción que esté correspondiera sus gestos y se los devolviera de vuelta.

Aspiro el aroma de Yuta y deseo quedarse asi para siempre, pues alli era en dónde más en calma se sentía, más el llanto incomparable de un niño no tardó en romper el cálido silencio que lo rodea.

- Pensé que estaría con tus padres.-  Río WinWin separándose lentamente de su esposo.

Yuta se carcajeo también, y volviendo a lo que estaba le respondió...

- Salí temprano del trabajo, así que pase por él a la guardería, mis padres vendrán a cenar en un rato.

WinWin  asintió anté la respuesta y con un tanto deprisa se dirigió por el pasillo hasta la habitación quedaba justo frente a la suya.

Noto que la puerta estaba abierta, así que simplemente se  adentro escuchando con más definición los sollozos del bebé. Una tenue obscuridad lo recibió. Por instinto encendió la luz y se inclino en la cama para ver a su pequeño hijo derramar lágrimas en control.

No le gustaba verla llorar, pero sabía que el pequeño no solía tener muy buen despertar, contraria a su calmada personalidad, Renjun  lloraba apenas se veía solo el regresar del mundo de los sueños y era algo que muchas veces no se podía evitar.

Los ojos adormilado del niño chocaron con los de él y WinWin no pudo hacer más que morir de amor. Sonrió cuando el niño le reconoció y extendió sus pequeños brazos hacia él.

- P-pa.- Sollozo el niño a lo que el respondió de inmediato tomándolo de los brazos.

- Hola, cariño.- Las lágrimas de su pequeño hijo se detuvieron cuando estuvo como en sus brazos, aferrándose sus pequeñas manos a la camisa de su padre.- Vamos a ver a papi.- Le dijo, y aunque no obtuvo una inmediata respuesta, se apresuró a lo que había dicho.

Llego a la cocina de nuevo, y Renjun - Aunque no tan despierto, sonrió al ver a su papi también allí.

- ¡pi!.- Le llamó.

Yuta dejo de hacer todo lo que estaba haciendo una vez más para ir a saludar a si pequeño hijo, quién se había dormido a penas había llegado a casa un par de horas antes.

Mi milagro (WinYu) (JaeYong)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora