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Anónimo

El sábado me quede en mi cuarto todo el día ya que no tenía nada que hacer y mis padres estaban en un viaje de negocios, se fueron el viernes por la mañana y regresarían el martes por la noche.

Llego el domingo y yo seguía en mi cuarto pensando sobre todo lo ocurrido el viernes y también todo lo ocurrido en toda mi vida. Me tumbe en la cama y me eche a llorar nuevamente, pasaron algunos minutos cuando el timbre sonó, me limpie las lágrimas y baje las escaleras para abrir la puerta, pero no había nadie, solo una tarjeta con una rosa en el suelo, la cogí y la leí, solo había una pequeña frase:

"Nunca dependas de nada ni de nadie..." -Anónimo

Mire para todos lados pero no había nadie, rápidamente cerré la puerta y me dirigí a mi habitación, cogí mi móvil y llame a Mikaela ella podría ayudarme.

-¿Hola?-contesto con un tinte de extrañeza en su voz

-Hola, Mikaela, soy yo Rosalie, necesito que vengas a mi casa- dije un poco nerviosa

-Claro, hay estaré

-Gracias- espero que Mikaela me pueda ayudar, porque en verdad no tengo ni la más mínima idea de quien pudo haber dejado una tarjeta con una rosa en la puerta de mi casa.

~*~

-Hola-dijo Mikaela abrazándome-perdóname es que mi madre me pidió que le hiciera unos favores y no me pude negar- dijo lamentándose

-No te preocupes, te entiendo

-Bueno, ¿Qué pasa?- dijo mirándome interrogante

-Vamos a mi habitación, necesito mostrarte algo- dije guiándola hacia mi habitación

Cuando le enseñe la tarjeta y la rosa no articulaba ninguna palabra solo la miraba y no decía nada como si la estuviera analizando.

-¿Qué piensas?- dije un poco nerviosa por su respuesta- No sé quién la ha dejado, tampoco dice de quien es.

-Bueno, no te puedo decir mucho solo que es de un chico-dijo normal

-¿¡Como?!- la mire incrédula

-Sí, a menos que sea una chica, pero vamos una chica no le dejaría una rosa a otra chica, eso sería raro- dijo algo obvia

-¡Un chico!, por Dios ningún chico me ha hablado nunca ni siquiera se me han acercado o menos mirado -dije algo desesperada

-Primero que nada tranquilízate y respira, segundo tiene que haber una explicación, ¿en verdad no sabes de alguien que se preocupe por ti?- dijo tratando de tranquilizarme

Pensé por un largo tiempo pero en verdad no me llega nadie a la mente, solo.... ¡Mike!, claro él fue el único chico que me ha hablado, ¡Oh por Dios, ¿cómo no me di cuenta antes?!

-Mikaela, creo que se quien fue...-dije recordando lo que estaba pasando por mi mente

-¿Quién es?- pregunto con un tinte de curiosidad

-¡Mike!, Mikaela es Mike- dije, No afirme

-¿Estas segura?- pregunto con algo de duda y asentí con la cabeza

Después de nuestra conversación y tratando de descubrir cuál era el misterio o mejor dicho el misterioso, salimos a dar una vuelta y platicamos de todo un poco, cuando terminamos ya se estaba haciendo un poco tarde y yo tenía que estar en mi casa. Así que nos despedimos y acordamos que ella me vendría a buscar para llevarme al colegio y poder llegar juntas.