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OO1: Sebastián E. Snape P.

Narradora POV

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Narradora POV.
Octubre 05, 1960.
Hospital Wander.

Δ

El pánico parecía crecer aún más dentro de aquella mujer, hace tan sólo ocho meses había tenido su primer hijo y ahora estaba por dar luz a su segundo hijo.

A Eileen Snape (neé, Prince) no le importaba si su segundo bebé nacía antes de lo esperado y había algo mal en él. Aún así lo amaría mucho. Pero temía por Tobias, su esposo, un muggle con el que se había casado solamente para llevarle la contraria a su familia.

Sostenía con fuerza la mano de una enfermera que le ayudaba con su parto, el doctor parecía decirle algo, pero estaba más aferrada en dar a luz.

Lo único que logro sacarla de sus pensamientos, fue el llanto de su bebé. Sonrió cansada mirando al doctor muggle sostener a su hijo mientras una enfermera se acercaba con una toalla. Recordaba ver por una última vez antes de cerrar los ojos, fue a una de las enfermeras mostrarle a su hermoso bebé envuelto en una manta seca de color beige.

Por otro lado, en la sala de espera, Tobias Snape, miraba por el pasillo de la sección de maternidad. Cargaba en brazos a su primer hijo, Severus.

Realmente había sido una sorpresa cuando su esposa resultó embarazada poco después de que naciera su primer hijo, y más lo había asustado cuando el segundo estaba naciendo antes de tiempo.

Miraba por la vitrina a su hijo, estaba en una encubadora y siendo cuidado por una enfermera. Sonrió muy levemente al ver a su hijo bien, realmente había sido un gran susto.

—Pequeño mocoso, nos causaste un susto —de forma afectuosa, le habló a su hijo, sonrió con burla al verlo removerse como si realmente lo hubiera escuchado.

Suspiró por fin sintiéndose aliviado, ahora solo tenía que preocuparse por lo que le haya pasado algo a su esposa.

Tobias volteó a ver a Severus, quien miraba hacia su hermano menor fijamente mientras tenía su pequeña mano en la boca.

—Sí, Severus, él es tu hermano menor. Saluda a Sebastian —explicó suavemente con cariño en un tono tranquilo a su primogénito, quitando de su boca con cuidado la pequeña mano hecha puño.

Limpio la mano de su hijo con la manga de su suéter y después con esta hizo como si su hijo saludara a su pequeño hermano. Ambos, padre e hijo, miraron al bebé en la encubadora. Tobias suspiró con pesadez, daba igual en estos momentos el dinero, necesitaba que su esposa e hijo salieran bien del hospital y regresar a casa.

Realmente quería tener a sus dos hijos en casa, seguir buscando un trabajo para darles la vida que se merecían y enseñarles lo que aprendió en la milicia cuando fueran lo suficientemente grandes.

Cerró los ojos e inhalo con fuerza para mantener la compostura, estaba en un hospital y con su primer hijo en brazos. No podía darse el lujo de llorar por algo como eso.

Sí, definitivamente les daría lo mejor a sus hijos, aunque su vida se le tuviera que ir en ello.

Sí, definitivamente les daría lo mejor a sus hijos, aunque su vida se le tuviera que ir en ello

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Finalmente habían dado de alta a Eileen Snape, pero no a su pequeño Sebastian.

Tobias había intentado de todo para calmar a su esposa, Eileen no quería alejarse del hospital a menos que fuera con su bebé en brazos.

Estaba claro que la mujer tenía miedo, su parto habia sido difícil. Su bebé había nacido antes de tiempo y necesitaba ver que se encontraba bien lo más antes posible.

Una enfermera les hizo la amabilidad de mostrarle donde se encontraba su hijo. La señora Snape se sostenía del brazo de su marido quien con su otro brazo sostenía al pequeño Severus que dormía plácidamente.

Al llegar a la sección de los bebés, pudieron ver a través del cristal en una encubadora a su pequeño Sebastian. Eileen Snape cubrió su boca con ambas manos, en un intento de no dejar escapar un sollozo. Su pequeño bebé, se sintió más tranquila al ver que estaba bien y bajo los cuidados necesarios, a pesar de tratarse de un sitio muggle.

—Sí sigue como va el pequeño, mañana por la mañana podrían llevárselo —anunció la enfermera a ambos padres, la pareja volteó sorprendida ante tan buena noticia.

La mujer no pudo evitarlo y empezó a sollozar en los brazos de su esposo, Tobias Snape fue el que tuvo que contestarle a la enfermera con una muy tenue sonrisa y un asentimiento entendiéndo de lo que estaba hablando.

Solo era cuestión de tiempo y paciencia. Su pequeño estaba bien, no había nada de lo que preocuparse. Serían una familia feliz y plena.

Sí supieran.

Sí supieran

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I WANT A FUTURE WITH YOU    |    Remus LupinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora