Tal vez no estaba pensando perfectamente lo que hacía y solo estaba actuando por sobre la marcha de las circunstancias.
Pero todo era por el bien de su familia, el mundo podía joderse, él sólo quería que su familia estuviera bien, fuera feliz y logr...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Spinner's End. Enero 03, 1966. Narradora POV.
Δ
Sebastian odiaba cuando su madre solamente lo mandaba a él a comprar las cosas que habían falta para la comida, desde un insignificante limón hasta una barra de pan.
Pero tampoco es como si no amara estar lo más lejos posible de casa, donde estaba su borracho, violento y quejumbroso padre la mayor parte del tiempo después de una semana de hacer trabajos parciales por una miseria para conseguir alcohol y dejarles algo para comprar lo que había falta en esa vieja casa de madera y que caí de lo vieja que ya se encontraba.
Todos esos pensamientos pasaban por la mente de Sebastian, quien iba por la calle de regreso a casa con una bolsa de papel del mercado con algunas frutas en mano y cuidando de no romper los huevos. No sabía en lo mínimo que tal vez podría encontrarse con su nueva pesadilla en el vecindario donde vivia.
Hecate no quisiera, Sebastian tuviera un ataque de magia accidental ante el sentimiento de que alguien lo vigilaba con demasiada atención. Sabía el menor que tendia a ser muy paranoico desde que las cosas se habían vuelto difíciles en casa.
Entonces sucedió, el menor de los Snape fue empujado con bruscedad contra el pavimento y callendo sobre la bolsa del mandado que traía en brazos.
—¿Quién eres y por qué estas en mi vecindario? —Un niño alrededor de doce años, estaba de pie frente a Sebastian. Parecía un niño malcriado como en los cuentos, por lo grande y gordo que se miraba a su edad.
Sebastian, algo desorientado ante el golpe que se había dado su cabeza en contra del pavimento logro levantar sus ojos hacia arriba, mirando al gran niño al que de pie delante suyo y que lo miraba con suficiencia.
—Soy Sebastian Snape, vivo en Spinner's End, cercas del viejo molino —Y entonces el infante supo que no debió decir la calle donde al ver los otros de los niños mayores.
La cabeza de nuevo del menor fue empujada por alguien más, su rostro había vuelto a impactar contra el asfalto, casi comiendo del barro que estaba justo debajo de él.
Entonces lo ojos negros del menor empezaron a arder, tenia miedo y sentía que en cualquier momento empezaría a llorar ante lo que el grupo de niños mayores le estaba haciendo sin razón aparente.
—En este vecindario solo puede estar gente con dinero, ¡vete! —grito uno de ellos de entre el grupito mientras le daba una patada a un costado.
El infante de cinco años se hizo ovillo en su posición mientras se abrazaba su estómago con fuerza, intentaba ahogar sus sollozos lo mejor que podia ante el dolor que sentía en uno de sus costados por la patada recibida.
