Tal vez no estaba pensando perfectamente lo que hacía y solo estaba actuando por sobre la marcha de las circunstancias.
Pero todo era por el bien de su familia, el mundo podía joderse, él sólo quería que su familia estuviera bien, fuera feliz y logr...
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Cokeworth. Sebastian POV. Agosto 23, 1965.
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Habían pasado tan solo tres días desde que papá me había pegado en mi cara. Estaba confundido, ¿qué había hecho para recibir eso?
Severus había decidido dormir conmigo esa noche en mi cama, compartíamos cuarto después de todo, pero los dos teníamos nuestro espacio y cama. Era extraño.
Mamá había ingresado a la habitación con la cabeza hacia el piso y se había puesto de rodillas a mi lado, normalmente era papá quien hacía eso y me contaba sus aventuras de cuando estuvo en la milicia.
Ahora desde hace pocos días, ya no hacía eso.
Mire debajo de mi hombro, tenía una bolsa de plástico con el pan para la cena dentro. Hoy mi madre me había pedido que fuera yo el que saliera a comprarlo.
Aún faltaban algunas calles para llegar a Spinner's End, y todavía tenía un poco de tiempo para distraerme antes de que llegara la hora de la cena.
Estaba en la calle "Magnolia", lo sabia por el viejo parque abandonado que había a mi lado derecho. Tenía un gran árbol en el centro y un gran lago que daba al mar.
Deje de mirar el parque y seguir con mi caminata, ahora que lo recordaba. Casa atrás de donde estaba yo, había visto un gran camión donde bajaban muebles.
Luego le preguntaría a Severus.
Casas más adelantes, estaban las mismas señoras que hacían sus obras de caridad. De ahí había sacado mi libro papá. Papá. Realmente esperaba que regresará pronto a ser normal después de lo que pasó hace días en la cena.
Segui caminando hasta llegar al garaje donde estaban haciendo la obra de caridad, miraba en silencio lo que había en las mesas en la calle. No había nada que me gustará como para poder pedirlo o decirle a papá.
Acomodando la bolsa de pan en mi hombro, seguía yendo entre las mesas. La mayoría de las cosas que podía encontrar en este día era ropa y cobijas, supongo que era porque se acercaba el invierno.
Por accidente y sin mirar al frente, choque con la espalda de una mujer, lo sabía por la falda hasta sus tobillos y el bolso que llevaba en mano.
—Oh, lo siento, señora. —me disculpe avergonzado por no haber visto donde caminaba. La mujer parecía mayor y me miraba con una ceja alzada.
Sentí una mano en mi barbilla y alzaban mi cabeza, la mujer movía mi rostro de derecha a izqueirda, al parecer mirando com atención mi rostro. Solo dejé que mirara tanto como quería.
—¿Qué le paso a tu rostro, niño? —parpadee varias veces confundido, era claro lo que había pasado en mi rostro. Mi padre me había dado un golpe por accidente.
