YUNMENG

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Poco a poco el camino cambio, el muelle de lotos comenzó a llegar a él, el bullicio, los puestos, la comida, todo es tan diferente. Demasiado ruido, demasiada gente, no es tranquilo como en Gusu.

Las personas lo miran, temen acercarse, es imponente este cultivador, hermoso como una deidad, pero inalcanzable hasta para dirigirle la palabra.

Observa a través de las palabras de Wei Ying, las personas en el lago recolectando semillas.

-Lan Zhan cuando las comes directo de la vaina son más dulces, Lan Zhan debemos ir a comer comidas picantes y alcohol, aunque ninguno tan deliciosos como la sonrisa del emperador, Lan Zhan podemos ir a cazar faisanes, Lan Zhan, yo se que en tu secta esta prohibido cazar jajaja pero no estaríamos aquí. Lan Zhan... Lan Zhan... Lan Zhaaaaan...

¿Cuantas veces repitió su nombre en este corto año? Muchísimas veces más que en toda su vida y desde el primer momento su nombre en esa voz escandalosa le hizo temblar su corazón, siempre aislado, desde que su madre se fue, y envuelto en miles de reglas que no le permitían conocer que hay algo mas que obedecer en la vida, obedecerla y no sentirla.

Observo, olio. camino y de repente lo vio, corría por su vida, mientras una sonrisa iluminaba su rostro. 

-¡Wei Wuxian! gritaba Jiang Cheng, mientras lo perseguía, vuelve de inmediato, eres tan descarado, madre se enterara de esto de inmediato.

De repente la sonrisa titubeo un poco, y se detuvo. -Vamos shidi, es solo una broma -dijo entre risas- diviértete, no es como si perdieras la cara frente a las personas  del pueblo, vamos, vamos es hora de ir a casa, debemos entrenar y más tarde el tío Jiang pagara lo que comimos, siempre es así y Madam Yu no tiene porque enterarse, además tu también comiste y bebiste.

Jiang Cheng lo miro severamente, hasta que termino sucumbiendo con la sonrisa, del joven que pasaba su brazo por los hombros.

-Démonos prisa entonces, madre se molestara si llegamos tarde, y no me llames shidi, ¿Quién demonios es tu shidi?

Entre risas y bromas siguieron su camino, mientras Lan Zhan observaba a la distancia, en silencio, entre el miedo de no saber como seria recibido y la incertidumbre de esa sonrisa titubeante a causa de el nombre de una sola persona, Yu Ziyuan.

Siguió observando, las mujeres jóvenes del lugar, miraban con ilusión al joven par de maestros que regresaban a casa, los dos sonreían y saludaban, uno como el joven y futuro líder de la secta, el otro, descarado y coqueto con toda aquella mujer que se topaban.

Entonces titubeo, salir de Gusu fue un error, él, él simplemente es así con todos, quizá su invitación solo fue por cortesía, estaba tan equivocado cuando decidió venir aquí -su mente no dejaba de acusar y repensar sus decisiones- y de repente recordó, el momento en que el segundo maestro Nie se invito y fue firmemente rechazado, pues esa invitación era solo, en ese momento para él. Suspiro cansado, su mente no para, es como si solo buscara excusas para regresar, pero ya esta aquí, si no es bienvenido, al menos conoció aquello de lo que Wei Ying tanto le conto, aquello que le intrigo tanto que lo hizo salir de su caparazón y aventurarse a un lugar desconocido por escuchar a su corazón haciendo a un lado toda razón.

Lento y pausado sigo su camino, pregunto sobre la casa principal del Líder de Yunmeng, donde podría encontrar la zona de entrenamiento, y llego a cierto lugar, ahí vio a un conjunto de jóvenes siendo severamente entrenados por la esposa del líder, y observo por fin, aunque ya lo sabia, porque Wei Ying era el discípulo principal de la secta.

El entrenamiento era ordenado, con movimientos de ataque más relajados, pero certeros, y de repente, Wei Ying agrego un movimiento distinto para esta secta, pero tan conocido por Lan Zhan y venció a su oponente.

¿-Vamos, levántate -le tendió la mano a Jiang Cheng- ¿Te gusta mi nuevo movimiento? Lo aprendí de Lan Zhan, él me lo enseño.

-¿Cómo seria eso, si ni siquiera te soporta? dijo molesto y fastidiado Jiang Cheng mientras sacudía sus túnicas el segundo Jade solo te toleraba, y por tu causa, se quedo a tu lado entre tantos castigos. Vergüenza debería darte por obligarlo así a estar a tu lado.

Entre risas, Wei Ying le dijo - solo estas celoso, él y yo somos cercanos, solo que tu no lo sabes, no lo conoces, solo hay demasiadas reglas por seguir, en Gusu Lan olvidan vivir. Es una pena que no haya logrado convencerlo de venir y disfrutar un poco la vida-.

Mientras ellos hablaban, Madam Yu, observaba furiosa la escena, como era posible que ese simple sirviente derribara tan fácilmente al inútil de su hijo. La furia emanaba por cada poro, Zidian sacaba pequeñas chispas, pero ninguno de los dos hermanos se daba cuenta, solo eran dos chicos que fortalecían su entrenamiento.

Pero un par de ojos dorados, observo ese destello de odio, y su corazón se agito de repente, no solo era una mirada de severidad, miraba a su primer discípulo con odio puro. El entrenamiento cambio, y en cada momento Wei Ying destacaba considerablemente, para su edad, era demasiado avanzado y ni siquiera parecía que se esforzará, mientras el joven heredero luchaba por alcanzarle y superarle, no es que no fuera bueno, simplemente había demasiada presión en sus acciones y mirando a esa inmutable mujer de ojos violetas, Lan Zhan comprendía las razones.

Y de repente Jiang Cheng fallo miserablemente, era demasiado estrés y la flecha simplemente se desvió totalmente de su camino, mientras que la de Wei Ying dio limpiamente en el centro de la diana de tiro. Todos se quedaron en silencio, Wei Yin ajeno al fallo volvió a mirar a su hermano para mostrarle su certera puntería, mostrándose este furioso, y ni siquiera hablar de su madre, que ya le reprochaba el que un inútil sirviente fuera para todo mejor que él. 

Wei Ying bajo sus hermosos ojos grises, impidiéndole a Lan Zhan ver sus sentimientos, aunque permanecía su sonrisa, algo había cambiado, aun a la distancia, el sabia que algo no estaba bien. Algo paso en el momento que Jiang Chen fallo, algo que Lan Zhan no comprendía. 

Yu Ziyuan dijo de repente -el entrenamiento  ha terminado por hoy, Jiang Cheng, ve a meditar y pensar en tus fracasos, Wei Wuxian, tú te quedas, es hora de que me expliques algunas cosas que pasaron hoy en el pueblo-. 

Aunque Wei Ying sonrió, algo en el ambiente le dijo a Lan Zhan que algo estaba mal, y permaneció mirando a la distancia, ese algo le decía que no debía ser visto aun.

EL JARDÍN DE LOS LOTOS MUERTOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora