Feliz cumpleaños a mi.

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No tarde mucho en darme cuenta que iba a ser un buen día, estuve feliz porque así lo fuera, desperté entusiasmado, no todos los días el día inicia con este sol tan único, desayuné y no podía parar de sonreír, realmente me sentía lleno de energía, cuando iba conduciendo hacia mi trabajo en la radio sonó mi canción preferida, me llenaba de euforia oírla, no cabía duda, iba a ser un gran día, llegué a mi trabajo, apenas crucé la puerta todo el mundo dio un salto y grito; ¡SORPRESA! me entusiasmó mucho, ¡que torpe soy! Había olvidado que hoy era mi cumpleaños, cuando llegue a mi oficina, está estaba decorada y abarrotada con mensajes y detalles de las personas que trabajaban conmigo, me pareció muy dulce, no tengo un cargo importante en este lugar y sin embargo hay muchas personas que me quieren o me recuerdan, es bueno que cuándo sonríes si recibes una sonrisa de vuelta, a la hora del almuerzo, saludé a la tenderá de la cafetería y me lleve una sorpresa cuando ella me sonrió y me dijo: "Feliz cumpleaños" y puso una vela en mi pastel de carne, fue bastante tierno y amable de su parte, el sol seguía brillando, era un magnífico día, me senté en una mesa que daba justo a la ventana del edificio, era un precioso día, a mi alrededor llegaron mis compañeros y después de una cuenta hasta tres cantaron la canción del feliz cumpleaños, fue fantástico, todo el mundo me dio sus buenos deseos y yo no podía parar de sonreír, volví a mi puesto de trabajo y seguí con mi jornada, todo estaba saliendo tan bien, no tarde mucho en acabar todas mis labores, cuando estaba preparado para irme a mi hogar, recibí una invitación para una pequeña fiesta en el salón de eventos, Apenas llegué todo estallo en alegría y música, estaban todos mis conocidos y amigos allí, fue maravilloso, empezamos a festejar y no había notado que en una de las paredes del gran salón había un cartel brillantemente decorado, en el que decía: "FELIZ CUMPLEAÑOS ¡TE QUEREMOS MUCHO!" No lo podía creer, todo era para mí, me sentí lleno de amor y felicidad, cuando ya era muy tarde, la fiesta acabo y me despedí de todos, le di las gracias a cada uno de ellos por hacer este día tan único y aunque sabía que mañana solo cambiaría que no iba a ser mi cumpleaños, todavía iba a brillar tan fantástico el sol, salí de aquel lugar, recogí mis cosas de mi oficina y mis amigos me ayudaron a cargar los regalos a mi auto, les agradecí, son mis mejores amigos, estando en el auto todos de nuevo me desearon un feliz cumpleaños, yo estaba muy feliz, fue un día perfecto, salí de la empresa, tome la misma ruta que tomo todos los días, conduciendo hacia mi casa empezó a llover, los neumáticos perdieron adherencia al suelo, el auto empezó a derrapar hacia la derecha, la velocidad aumentaba, cada vez aún más rápido, la dirección se rompió y la llanta delantera se encontró con un agujero en camino, esto le hizo perder por completo el control al vehículo, veía por la ventana como la siguiente curva si seguía el auto sin control, chocaría contra un árbol tan grueso como un edificio, sin embargo el daño hecho por el agujero a él neumáticos ya no tenía remedio, cerré mis ojos... Y así, el auto quedó partido justo en dos partes por haberse chocado con el árbol por el lado derecho, en una parte los regalos y en la otra, en donde justo se partió el auto, el asiento del conductor, el asiento donde estaba yo, otro accidente vial, otra estadística más, la estadística más feliz de toda la tabla.

La Profundidad del VacíoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora