Día dos: Las ilusiones comestibles

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Después de caminar un buen rato llegamos a una sala iluminada por cuatro llameantes antorchas. Las cuatro daban un calor abrasante, lo que agradecí con un suspiro. A parte de las antorchas había una gran mesa de buffet a lo medieval con todo de sillas alrededor.

-¿Qué tal si pasamos aquí la noche?- Sugerí. Hotaru me miró con sarcásmo.

-¿Como sabes que es de noche?- Preguntó. Yo miré a Hotaru.

-No lo se.- Dije. -Puede que sea porque estoy cansado.- Hotaru se rió y se sentó en una de las sillas.

-Sería genial que estos platos tuvieran comida.- Dijo. -Me muero de hambre...-

-Y que lo digas...- Dije sentándome en el suelo. -Pato asado... Fideos... Helado... Sushi... Ramen...- Entonces los dos empezamos a babear.

-Será mejor que durmamos...- Dijo Hotaru levantándose de la silla. -Dicen que dormir quita el hambre.-

-Pues quien diga eso es un idiota.- Dije. -Y de los grandes.- Hotaru se rió y se sentó a mi lado.

-Lo que tu digas.- Dijo. -Si no puedes dormir avisame y luego pego a quien inventó esa frase.-

-Ya claro.- Dije riéndome. Entonces entre risas y más risas me dormí.

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Me desperté en después de poco rato de dormir. Noté algo blando debajo de mi cabeza, como algo acolchado, como...

Me levanté rápidamente. ¡Mi cabeza estaba reposando encima de las piernas de Hotaru! ¡¿Qué hacía allí?! ¡¡Estaba tan cerca de...!! ¡¡¡AAAAGH!!!

Me alejé de Hotaru y le miré a la cara. Estaba placidamente dormido. Su rostro mostraba cansancio ya que no habíamos dormido hasta ese momento. Me tranquilicé e intenté despertarle.

-Dejame ya Koruta...- Murmuró medio dormido. Yo me tapé la boca con la mano reprimiendo una risa. ¡Era tan gracioso! Hotaru abrió los ojos lentamente y al verme se giró.

-Oye despierta.- Le dije. -No podemos quedarnos aquí todo el tiempo. ¡Vamos!- Hotaru suspiró y dijo algo que no comprendí.

-¿Por qué me despiertas?- Preguntó frotándose la nuca. Yo suspiré y me levanté.

-Tengo un mal presentimiento...- Dije. -Mejor que nos vayamos...- Pero me callé al oler una fragáncia comestible.

-¿Tu tambien hueles eso o estoy alucinando?- Preguntó Hotaru. Me giré hacia la mesa y me asombró lo que vi.

-¡¡Madre mía!!- Exclamé. Hotaru se levantó y me miró.

-Riotsu, esto no me gusta...- Dijo. -No creo que debamos...- Pero yo no le hice caso y me abalancé sobre los platos.

-¿Qué me zampo primero?- Me pregunté a mi mismo. -¡¡Da igual!! ¡¡Me lo meteré todo a la vez!!-

-¡¡Riotsu no!!- Exclamó Hotaru. Cogí un tenedor y lo clavé en el muslo de un pollo.

-Eres mío...- Dije. Entonces, cuando estaba a punto de comerlo Hotaru me agarró la mano intentando alejarme la comida.

-¡¡Para!!- Exclamó. -¡¡No te lo comas!!-

-¡¡Y tanto que lo haré!!- Exclamé intentando acercar el tenedor. -¡¡Soy humano, no puedo tener el estómago vacío tanto tiempo!!- Entonces Hotaru me hizo un barrido de piernas que me tiró el suelo y el tenedor salió volando por los aires.

-¡¡No lo harás!!- Exclamó Hotaru. Yo intenté arrastrarme hacia la mesa pero Hotaru me rodeó el cuello con el brazo intentando alejarme de la mesa.

Te amaré hasta que me muera (Dropped)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora