Te amaré hasta que me muera (Dropped)

En busca de "madre" (El asesino se infecta) :l

Me senté delante del río y observé su curso. Todo era calma ya que los chicos estaban dentro haciendo no se que. De repente oí unos pasos detrás de mi. Pero no eran de humano. Me giré y ví un lobo negro con las puntas de las orejas blancas.

-¡Sena!- Dije abrazándole. -Me alegro de que te hayas puesto bien.- Él por su parte me lamió la cara. Yo me reí. Pero de repente me rugieron las tripas. Miré a Sena y él ladeó la cabeza.

-¿Quieres desayunar?- Dijo Koru. Yo me giré y sonreí.

-Sería preferible.- Dije. Koruta se rió y se marchó a la casa. Cinco minutos después había vuelto con una bandeja de fruta.

-Coge a tu gusto.- Dijo. Yo me sonrojé ya que Koru parecía una azafata de avión hablando así. Sena me miró sarcásticamente, se levantó y se marchó. Koru ocupó su lugar.

-Mi padre me va a matar...- Dije. Koru cogió una fresa y me la acercó a la boca.

-No te preocupes por eso.- Dijo. -Si te matara yo haría lo mismo con él.- Yo me reí. Koru me acercó más la fresa y yo la comí de su mano. Cogí otra fruta un poco extraña y la partí en dos. La lamí y puse cara de asco.

-¡Agh!- Exclamé. -Está agria.- Koru se rió, la cogió y se la comió de un bocado. Yo le miré con cara de asco.

-Riotsu.- Dijo. -Quiero preguntarte algo.- Yo asentí. -¿Porqué crees que soy un demonio? Lo digo por lo de olor a azufre.- Yo me reí.

-En primer lugar no tienes las orejas en punta y no luchas con un arco, como Hotaru. Por lo tanto no podías ser un elfo.- Koru sonrió.

-Tiling. Correcto.- Dijo.

-En segundo lugar no eres verde ni tampoco eres enano, por lo tanto no eres un duende.-

-Tiling tiling. Correcto.- Dijo.

-En tercer lugar no tienes orejas ni cola como Riku-chan, Sena-chan y Aoka-san. Por eso no eres ni un licántropo ni un neko.-

-Tiling, tiling, tiling. ¡Nos acercamos al gran premio!- Dijo. Yo me reí.

-Y, finalmente, no eres un ángel porque no.- Dije riendo. Koru tambien se rió.

-Correcto.- Dijo. Me miró provocativamemte y sonrió. -¿Quieres tu premio?- Yo me sonrojé.

-De-depende.- Dije.

-Esa no es una respuesta valida.- Dijo. Yo me sonrojé aún más.

-¡Yo que se!- Dije. -Va, dámelo.- Koru sonrió y se acercó a mi.

-Está bien...- Dijo enigmáticamente. Entonces me besó. Introdujo su lengua en mi boca estremeciéndome. Yo por mi parte me dejé llevar. No pensaba cortar ese mágico momento. Pero fue Koru el que lo cortó.

-¿Pasa algo?- Pregunté. Koru negó con la cabeza. Miré a nuestro alrededor. Estábamos completamente solos.

-No no...- Dijo. Pero no paraba de mirar detrás de él. Yo le miré extrañado. Entonces, resignado a hacer algo más, me levanté. Koru me miró.

-¿A donde vas?- Me preguntó.

-A casa.- Dijo. -Necesito un baño urgente.- Koru se levantó.

-No es cierto.- Dijo agarrándome del brazo. -Te vas porque he cortado el beso.-

-¿Y qué si lo hago?- Dije. Koru me volvió a besar.

-Perdón.- Dijo. -Te prometo que te lo compensaré.- Yo miré al suelo.

-Esta noche si puedes pasate por casa.- Dije. -Voy a estar solo ya que mi padre se va de viaje de negocios.- Koru asintió.

-Te llevo a casa.- Dijo. Yo sonreí.