Hotaru-san y los dodos de la mirada loca. (El asesino es gurrero) :l

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Me desperté apoyado en la mesa de madera y tapado con una manta. Todo estaba oscuro pero podía distinguir a Koruta sentado delante de mí.

-Koru...- Dije medio dormido. Él me miró.

-Perdón, ¿te he despertado?- Dijo con una sonrisa. Yo negué con la cabeza.

-¿No puedes dormir...?- Dije incorporándome. Él suspiró y negó con la cabeza.

-Nunca puedo dormir.- Dijo. Yo le cogí la mano.

-¿No duermes porque tienes miedo?- Dije. Koru se rió.

-No. Venga, duerme.- Yo gateé por debajo de la mesa y Koru hizo lo mismo hasta encontrarme.

-Ayer me sentí muy solo...- Dije. Koru me acarició el pelo.

-¿Enserio?- Yo asentí.

-Quería verte a toda costa...- Dije cogiéndole del cuello de la camiseta.

-Perdoname...- Dijo Koru. -Riku estaba fatal y ya sabes que él es mi hermano. No puedo dejar que muera.- Yo apoyé mi frente en el hombro izquierdo de Koruta y respiré hondo.

-Tambien he hechando de menos tu olor a azufre...- Dije.

-Idiota.- Replicó Koru riéndose. Yo me reí tambien. Koru me levantó la cabeza cogiendome por el mentón y me miró a los ojos.

-Dí que me amas...- Dijo. Yo me le miré sorprendido y me sonrojé.

-Koru...- Dije. -¿A que viene eso? No debes cuestionarme, sabes que yo te amo...- Entonces Koru me cogió por la nuca y me beso. Un beso dulce... Koruta siempre me besaba dulcemente.

-¿Si no te cuestiono como haré que te sonrojes?- Me susurró provocativamente en el oído. Yo me sonrojé aún más de lo que estaba.

-Pues por ejemplo así.- Dije mirándole. Koru se rió.

.

.

Volví a despertarme una hora después. Me había quedado dormido debajo de la mesa y Koru me abrazaba por detrás. Me giré hacia él e intenté dormirme. Pero la respiración pausada de Koru me ponía nervioso. Me hundí en su pecho sonrojado intentando dormir. Koru me acarició el pelo y yo me estremecí. Pero de repente oí unos arañazos en la puerta.

-Koru, ¿has oído eso?- Dije alarmado. Él suspiró.

-Solo te oigo a ti hablando. Duermete...- Dijo. Yo suspiré enojado y me levanté. Caminé hacia la puerta y puse la oreja contra ella esperando oír algo. De repente volví a oír los arañazos, pero esa vez estaban más cerca. Muchísimo más cerca. Bajé la oreja y allí estaban, justo delante de mi... Intenté respirar calmadamente y alejarme de la puerta.

-Koruta-san...- Le llamé sin dejar de mirar a la puerta. De repente la puerta voló por los aires y fue a caer detrás de mi. Entonces una criatura parecida a un dodo enorme apareció por la puerta. Tenía el pico baboso y dejaba ver unos enormes colmillos. La mirada de esa criatura era... Rara. Tenía los ojos tuertos y cada uno miraba hacia un lado. Koru se puso delante de mi protegiendome.

-Ve a por Aoka...- Dijo calmado. Yo me levanté y fui hacia la trampilla sin girarme. La abrí sin girarme y me metí en el sótano.

-¡Aoka, tenemos problemas!- Exclamé. Aoka se estaba poniendo el mega cañón en el brazo.

-Lo se. Voy a ayudar a Koruta.- Dijo. Y se fue por la trampilla.

-¿Que pasa...?- Preguntó Sena medio dormido.

-Nada... Vuelve a dormirte...- Dije yo un tanto alterado. Sena me miró.

-Voy a ayudarles.- Dijo caminando hacia mi. Yo iba a replicarle algo pero no se me ocurrió nada y le dejé salir. Me senté al lado de Riku. Dormía plácidamente y no parecía enterarse de la lucha.

Te amaré hasta que me muera (Dropped)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora