Afecto

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Canción: Moderatto - Gracias

⟢Draco y Sirius⟣

Los jardines de Hogwarts se encontraban casi desiertos, un ultimátum al inicio del año les habían advertido que las actividades al aire libre estaban casi prohibidas y que solo debían de salir acompañados de algún profesor o mejor no salir. Cosa que los alumnos no acataban y salían de todas formas, era un día agradable, el otoño se acercaba y el aire era frío pero no tanto como para no disfrutar de un día afuera. Tanto estar encerrado con muchas personas podría llegar a ser asfixiante para muchos.

Uno de ellos era Draco Malfoy que se encontraba vagando por los jardines cercanos al sauce boxeador, otra de las zonas prohibidas desde que los Gryffindor molestaron al viejo árbol a causa de un auto volador. Draco no entraba en el rango de gente idiota haciendo cosas idiotas, el solo quería dar un paseo, despejar su mente de todas las noticias rondando esos días.

Un prisionero escapó de Azkaban por primera vez en la historia, pero Draco no estaba preocupado, toda la atención se la llevaba Potter, siendo cuidado porque aquel desquiciado mago no fuera tras él ya que el periódico aseguraba que a eso había salido, por venganza. Una parte en el fondo había lastimado al joven mago aunque nunca lo demostró.

Sus pasos resonaban al pisar las hojas y ramas secas de los arboles, teñidas de un color naranja y amarillo. Su capa junto a su cabello rubio ondeaba por el viento, sus ojos parecían verse más gris que de costumbre, gracias a las tonalidades del próximo anochecer. Pronto debía entrar o no podría librarse de algún castigo.  Camino un poco más por la zona y respiro el aire fresco inundando sus pulmones al aroma a hojas secas y tierra húmeda. Amaba esa estación.

Después de disfrutar de la tranquilidad emprendió camino hacia el castillo, pero antes de llegar, pudo sentir una presencia a sus espaldas, giro su cuerpo con la varita en la mano pero solo encontró un enorme perro de color negro, este lo miraba interrogante, esperando a su siguiente movimiento. Draco bajó su varita y la metió en su túnica, le dio una mirada recelosa al perro y continuó su camino. No dio más de dos pasos cuando sintió un tirón en su túnica, era el mismo perro jalándolo con sus dientes, impidiendo que avanzara. Draco intentó todo lo posible para que lo dejara pero pareciera que no tenía intención de soltarlo, dio un largo suspiro y tomó la cabeza del perro con todas sus fuerzas y lo alejó.

-¿Qué es lo que quieres? si alguien te ve, estarás en problemas - el perro no respondió. Se le quedó mirando con unos ojos grises como los de él al mismo tiempo que agitaba su cola emocionado. - vete.

Continuó caminando pero volvió a suceder lo mismo, tal parece que no iba a dejarlo en paz, ya casi anochecía y era consciente que se darían cuenta de su ausencia en la cena, pero era imposible deshacerse de aquel perro. Resignado, camino en dirección contraria al castillo, odiándose por lo que estaba por hacer.

-Que sea rápido, se pueden dar cuenta que no estoy.

El perro ladró bajito y comenzó a correr a su alrededor. Draco lo seguía un par de pasos atrás, vio como se adelantó hacia el Sauce boxeador y con sus patas delanteras presiono un hueco del árbol y automáticamente se detuvo. El perro se giró y con su hocico le indico que lo siguiera, Draco lo hizo aún más inseguro. Se metieron dentro de un túnel oscuro, con su varita invoco un Lumos para ver el camino. Sentía que jamás terminaría de caminar, era muy estrecho, daba gracias no ser claustrofóbico. Subieron un poco más por el largo túnel hasta llegar a una trampilla, Draco subió primero para dar a una casa en muy mal estado, arrugó el ceño por estar rodeada de tanta suciedad, el sonido de la trampilla cerrándose lo hizo girarse y detrás de él estaba ahora Sirius Black en su forma a humana, dejando de lado su disfraz de perro.

Melodías en 10 TonosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora