Octava Parte: 'Prioridad'

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En total eran ocho tablas impresas y pegadas en el muro central.

Y todas tenían algo en común.

Un nombre en común, decorando la primera esquina, el primer espacio, el cual le correspondía al número uno.

Tal vez es un poco obvio a estas alturas el saber de quién estamos hablando, tal vez no. Habían sido demasiados acontecimientos en su vida que nos dejaban con la incertidumbre de que pasaría ahora.

Incluso los demás alumnos, también se sorprendieron cuando supieron que a pesar de sus lesiones pasadas, Choi Yeonjun se las había arreglado para seguir primero en cada una de las asignaturas.

La envidia corría por los pasillos junto al resentimiento de la mediocridad.

Todo había quedado en el pasado, y al mismo tiempo, era como si hubiera viajado a este. Como si Yeonjun se hubiera transportado un año en el pasado, apenas llegado a ese lugar, que ahora, empezaba a emfemarle.

El teniente había olvidado todo (quizás por propia conveniencia) y ahora, incluso trataba a Yeonjun con el doble de confianza y efusión. Tanto, que incluso para Yeonjun llegaba a ser incómodo. Porque aunque lo hubiera intentado meses, el nombre de cierta personita seguía en su corazón, doliendo.

Y la hipocresía de ese hombre solamente revivía el chico que fue alguna vez con él.

Pero no había nada de qué preocuparse, ¿cierto?

Dejar ir al pasado era pan comido, olvidar todo era tarea sencilla. Ahora tenía más amigos, los superiores confiaban más en él, era el mejor en todo, era lo que siempre quiso y más, todo lo que lo mantuvo satisfecho antes de... de él.

Ahora que lo tenía todo de vuelta, ¿por qué se sentía como si no tuviera nada? ¿Como si estuviera vacío?

El "tratamiento" había terminado porque Yeonjun aseguraba que ya no lo necesitaba y había vuelto a la normalidad. O quería hacerlo.

Hablar de lo mismo y de la misma persona, solo era una rémora en su proceso de superación. No necesitaba esa mierda.

Él... él podía solo.

Y quizás estaba funcionando, porque ahora, se decía a sí mismo menos de tres veces al día:

"No pienses en eso."

"Olvídate de ello."

Lo último que quería era traerle más problemas, además que no podría soportar volver a verlo después de tanto tiempo, con la culpa latente arañando en su interior.

Era un simple no.

Sin embargo, sin quererlo, volvió a pensar en ello.

Simplemente su entrañable subconsciente era más terco que su necedad consciente.

"No lo pienses." "No ahora" se repetía internamente, mientras parte del rifle descansaba en su hombro. Yeonjun concentrado, o bueno, intentando estarlo.

Esa sensación incómoda en su pecho más sus propios pensamientos traicioneros, solían aparecer más durante las sesiones de tiro.

Siempre recordaba una promesa colgada en el aire. Que alguien superaría su puntaje, que se burlaría de él mientras que con una sonrisa de ojos de luna, diría: "Te lo dije."

Yeonjun nunca fue alguien demasiado sensible, pero al parecer la gente puede cambiar gente. Y lo aprendió de la peor manera posible.

Después de una nerviosa, pero convencida inspiración, apuntó justo al medio y apretó el gatillo.

WHAT A MAN IS SUPPOSED TO DO [Yeonbin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora