Prólogo

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Todas las promesas quedaron rotas y las oportunidades troceadas una y otra vez, hasta que quedaron inservibles. Nuestra conexión se fue deteriorando, ardió hasta que solo quedaron cenizas, que después el viento se llevó sin piedad. Y tú cosiste mi corazón para años más tarde arrancar el hilo con tus propias manos. Lo tiraste al suelo, lo pisoteaste, lo rompiste y si siquiera te molestaste en barrer los pedazos que yacían en el suelo, te fuiste de nuevo y ni siquiera tuviste el valor de despedirte. A veces cuestiono mi capacidad para olvidarte, dejar todo el daño a un lado, para dejar que entres en mi vida de nuevo. Pero parece ser que cuando nuestra conexión se forja de nuevo te molestas hen romperla, rasgarla hasta que la sangre comienza a correr de nuevo y cuando llegas a ese punto, es cuando te vas. Rompiendo todas y cada una de tus promesas una vez más, dejando todos los 'te quiero' suspendidos en el aire, dejándolos vacíos y débiles. Y aquí estás una vez más rogando volver a mi corazón, pero ya no hay corazón, ya no hay amor ni luz, ya no hay promesas ni nuevas oportunidades; ahora sólo quedan pedazos sueltos de ese corazón imposibles de encajar, se hallan vacíos y sumidos en la oscuridad; se hallan afilados y llenos de frialdad. Como los 'te quiero' que algún día me dedicaste.

-Jessica Ellis

A través del silencioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora