River
Domingo 15 de enero. Me despertó el sonido de mi despertador, lo aplasté con la mano de manera desagradable, me aferraba a la idea de seguir durmiendo. A mi madre no le gustó tanto. Me despojó de las sábanas que me cubrían, y sonriendo pérfidamente me susurró al oído:-Cariño, es hora de levantarse -. Creo que había pillado la indirecta.
Iba revisando mis mensajes del móvil mientras bajaba las escaleras. Normalmente la mitad de ellos eran de chicas que intentaban ligar conmigo o de algún compañero del equipo que se creía mi amigo. Los fui pulsando para eliminarlos de mi buzón. Entonces me di cuenta de que uno de ellos pertenecía a West. Llámame era lo que decía, le hice caso:- West, ¿por qué querías que te llamara?-. -Esta tarde vamos a quedar en el nuevo café del centro, vente-. -¿Quiénes? -Los de siempre. -¿Puede ir Heather? -Por poder puede, aunque yo no quiero que venga. -Tío, es mi novia. -Sí, y algo más-. Colgué la llamada, sabía que Heather Gray, mi novia no era del agrado de mis amigos, una pena, pero no iba a dejarla por eso. La llamé también a ella. -Diga... -Hola Heather -Cari, ¿eres tú? -Sí, te apetece venir esta tarde al nuevo café del centro. -¿Estaremos solos? -No, hemos quedado West, Michael, John, Whitney, Sophie y nosotros. -Cariño, te quiero pero es que en ese grupo no me siento cómoda, no me aceptan. -Lo harán a su debido tiempo. -Bueno, iré. - Gracias te veo allí. -¿No vienes a recogerme? -No, no puedo-. Ahora colgué yo, no tenía ganas de seguir con la conversación en función al rumbo que estaba tomando.Heather se sienta a mi lado y comienza a besarme, son besos fugaces, como cuando te tomas una tapa y aún tienes hambre. El tiempo parecía ir más rápido de lo normal, hasta que escucho a West llamándome. A su lado vi a una chica quizás baja, no era muy peculiar, pelo marrón, ojos marrones, pero encerraba una belleza oculta, algo que aunque no sabía aún por qué me atraía de algún modo. Le di dos besos en las mejillas. -River Bowen -Sia Dawson-. -Ah, así que tú eres Sia, West me habló de ti. -Igualmente West hizo lo mismo conmigo-. -¿Qué venías escuchando con los auriculares?. -Una canción ñoña, no creo que te interese. -Quizás sí. -Close your eyes, Michael Bublé. -No la he oído. -Cogí una servilleta y apunté el nombre de la canción. Sin duda eso le encanta a las chicas, y aunque no quisiera ligármela quería causarle buena impresión. Empezamos a pedir, un té para cada uno y una buena ronda de cupcakes y pastelitos bastaron para saciar nuestro apetito. Empecé a despedirme de todos, solo quedaba Sia. -Bueno Sia, encantado de conocerte. Aunque creo que vas a verme mucho, gracias por querer ayudarme. -No es nada, más bien es un placer, bueno adiós. Tal y como vino se fue dejándome totalmente intrigado. De repente noté unas manos rozando mi cintura, y unos labios en mus oídos susurrándome: -¿En qué estás pensando? -En ti. -¡Oh, qué bonito! -Calla anda. La besé, y sí le mentí, lo único que podría pensar en ese momento es que iba a ser un curso interesante. Me acerqué a West antes de largarme de aquel lugar: -¿Está buena verdad? -Sí supongo -Vamos, te ha encantado tu nueva profesora -No es una profesora, es solo una nueva amiga -Piensa lo que quieras, pero considera esto como una encerrona -Lo que tú digas. Busqué en Youtube close your eyes, aquella chica tenía buen gusto. Y de nuevo pensé, este curso va a ser interesante.
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Aprendiendo a amar
RomanceRiver desea ser jugador de fútbol e ir a una universidad deportiva, pero es muy rebelde y no acata las normas. Además consigue gracias a su inutilidad en lo referente al arte que su nota media descienda y ahora debe aprobar esa asignatura para subir...