Aprendiendo a amar

Capítulo 11: Fiesta con sentimiento

River

Flashback

Lucas y yo nos colocamos bajo el tejado por lo que pudiera pasar. Jamás pensé que Sia se resbalaría, y menos que se caería. No sé aún cómo pero la cogí al vuelo, justo antes de que cayera. Mi corazón latía a mil por hora, no fui capaz de moverme. Sia me abrazó y le devolví el abrazo. Por un momento pensé que la había perdido, y ese sentimiento que afloró en mí me espeluznó un poco. ¿Estaría empezando a sentir algo por Sia? ¿Sería solo la emoción de haberla salvado?

Fin del flashback

Miércoles 18 de enero. Aún seguía confuso. Yo no quería sentir nada por Sia, y aún menos si estaba saliendo con Heather. No quería hacerle daño. Justo cuando deseaba que todo acabara me di cuenta de algo, era miércoles, 6 de la mañana, seguía despierto y no podía faltar al colegio.

Llegué. Casi cerrando las puertas estaban cuando por fin llegué. Aún así tuve que esperar fuera de clase cinco minutos hasta que el profesor quiso dejarme entrar. Tuve mala suerte, el profesor Philip Hudson era de aquellos profesores de la vieja escuela. Era quizás más joven que otros profesores, pero su pelo canoso y su actitud lo acercaban más a la tercera edad que a la suya propia. Entré a los diez minutos. -Señor Bowen, llega usted tarde -Sí señor, no se volverá a repetir -Eso espero-. Aquel profesor odiaba a todos los seres vivos e este planeta, y si no lo hacía lo parecía.

Me senté en mi pupitre, Heather me miraba disimulada y cariñosamente. Tuve que fingir que no lo estaba haciendo, porque me sentía culpable por lo que pasó con Sia. Es cierto que no pasó nada, pero pudo no ser así.

Las clases habían terminado, y esta tarde la tenía libre de clases de cualquier tipo. Heather y West me pidieron quedar, y ambos a la vez. West alegó que Heather debía contarme algo. Pensé que quizás estuviera celosa porque daba clases con Sia. Les dije que lo que tuvieran que decirme que me lo dijeran ahora, que deseaba tener la tarde libre. -River, besé a Cooper en la fiesta de Daisy. -Eso no puede ser, debes estar bromeando -No, no estoy de broma -¡Heather Gray eres una guarra de categoría! Yo defendiéndote de Cooper y resulta que eres tú la que le cura mis heridas -River, -dijo West- yo quise decírtelo pero no lo he podido confirmar del todo hasta ayer, y como estabas con Sia.... Y tú Heather que sepas que esta relación puede darse por terminada. No podía creerlo, mi novia se había liado con mi enemigo, el antónimo de cualquier persona con valores, el agujero negro de las cosas buenas, el mismísimo belcebú.

Llegué a casa disgustado. Me había estado preocupando todo el tiempo por lo de Sia y era ella, mi novia, la que había pasado de querer engañarme a hacerlo. Llamé a John, él era el único que sabía aliviar mis penas de verdad, puede que West me aconsejara, que Sophie me abrazara, que Michael me consolara y que Whitney infravalorara la situación, pero John sabía cómo encontrar diversión en cualquier lugar, y no quería pensar que habría algo mejor, me tentaba más la idea de encontrarlo. -River me alegro de que me llames. Te diría que siento lo de Heather, pero te mentiría, me alegra que mi amigo por fin esté libre para poder salir de fiesta conmigo -Amigo mío, siempre sabes lo que quiero -Es mi deber -Dime, ¿hay alguna fiesta cercana? -Bueno si te apuras esta noche en la hermandad de Brad hay una -¿Nos dejarán entrar? -Claro, conozco al portero-.

John me pegó el último toque para recogerme. Vino con Phoebe, su hermana que sí tenía carnet; Pronto vimos la universidad donde estudiaban Brad y Phoebe. Brad estaba con April, su hermana la pelirrojilla de ojos marrones. Nos invitó a entrar, no sin antes darme un empujón hacia la fiesta. Era su manera de decir que aquella noche el mundo me pertenecía y yo me sentía así.