Capítulo 15

10 0 0
                                    

-¡¿Yo?! ¡¿Qué haces tú aquí?!- los dos seguíamos gritando y hablando al mismo tiempo.

-Yo vivo aquí- dijo Alex a la defensiva.

-Já, claro, en el futuro- dije con sarcasmo

-¿Cómo sabes que estamos en el futuro? ¿Cómo llegaste hasta aquí?

-Eso no te incumbe, y en todo caso, la pregunta iría para ti.

-Es enserio, vivo aquí. Pero de verdad necesito saber cómo llegaste aquí. Así que entra, ponte cómoda y explícamelo- hizo un gesto con la mano para que pase. Pero yo negué con la cabeza.

-No, llegaré tarde a la escuela, debo volver- me di la vuelta y traté de caminar, pero Alex me agarró del brazo, me volví para mirarlo y noté que lo tenía a escasos centímetros de mi cara con una sonrisa juguetona.

-¿Tarde? Todavía no lo entiendes ¿No? FU-TU-RO- dijo remarcando las sílabas lentamente- el tiempo de aquí en tu año no existe, está detenido.- miré mi reloj y ahí entendí por qué no funcionaba.- Cuando vuelvas a tu casa, verás que será la misma hora que antes de venir aquí, que por cierto, ¡No sé cómo llegaste así que entra de una jodida vez!- tiró de mi brazo y me metió adentro de la pequeña casa. Cuando mis ojos se adaptaron a la luz, me sorprendí al ver que la casa no era tan pequeña como pensaba. Me senté en un sofá de color crema que había allí y Alex se sentó a mi lado.- ahora explícame de una vez cómo llegaste hasta aquí.

-No te pienso contar nada, no sin antes obtener tu confianza.

-Creo que es hora de explicarte unas cosas- dijo parándose y tomándome de la mano- sígueme, y no te sueltes.

Empezamos a caminar por un pasillo, hasta que entramos a una habitación donde había una guitarra, un escritorio y un cuadro gigante donde se podía contemplar el hermoso paisaje de París. Alex quitó el cuadro y nos encontramos con un hueco gigantesco que tenía un ¿Tobogán? Era algo así, pero no se podía ver dónde terminaba. El chico me tomó de la cintura y me apretó contra él.

-No te muevas- me susurró en el oído, lo cual hizo que me estremeciera. Me quedé dura como una piedra. Nos sentamos en la bajada y sin soltarme nos empezamos a deslizar velozmente por el extraño tobogán. En un momento sentí que Alex me apretaba con más fuerza, floté en el aire por unos segundos hasta que consideré que estaba nuevamente apoyada en la rampa, ahí me agarró con más delicadeza. 

Pasaron unos minutos hasta que por fin sentí un piso  firme bajo mis pies, miré hacia abajo y estaba parada sobre un suelo frío y oscuro, pero suelo al fin. Alcé mi cabeza y Alex tenía los ojos fijos en mí, corrí la vista hacia otro lado ya que si no me habría puesto toda roja, y observé el lugar detenidamente. Las paredes se veían húmedas y sucias. Habían telarañas por todos lados y hojas amarillas, que supuse que en una época fueron blancas, tiradas por doquier. Un mueble de madera podrida y maltrecha rebalsado de libros viejos, gordos y desteñidos, luego no había nada más.

-¿Por qué me has traído aquí?- Le pregunté a Alex.

-Por esto- dijo tirando de una cuerda que colgaba del techo. Una parte del piso se abrió y de allí salió una máquina parecidísima a la de mi padre, nada más que ésta era ovalada y no redonda.- ¿Se te hace familiar esto?- me preguntó señalando al objeto con la cabeza. No le respondí, así que siguió- Esta es la segunda máquina que construyó tu padre.

-¿Cómo lo sabes?- pregunté sorprendida.

-Eso ahora no importa, lo que debes saber es que tú y tu familia  corren peligro. Debes dejar de venir aquí, al futuro.

-¿Por qué? Si no me explicas nunca sabré si lo que dices es verdad o no. Aparte... ¿De dónde conoces a mi padre?

-Jackson me conoció cuando yo era muy pequeño. Ni siquiera se acuerda de mí. Pero vale la pena protegerlo, es un hombre muy bueno.

Entre el presente y el futuroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora