El templo

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Una vez cuando me fui de intercambio y me mude a China ,me enoje muchísimo con mi novio. Me salí del departamento donde vivía y me fui a caminar a una montaña cercana que tenia un templo en la parte más alta de la montaña.

Sentí una paz al llegar, pero volví a casa ya que mi novio me llamo y pudimos arreglar nuestra discusión. Se me hizo muy relajante ir seguido a ese lugar y cada fin de semana iba a ese templo para liberarme del estrés, aparte nunca había gente y la vista era hermosa.

Un día decidimos ir temprano con mi novio para pasar mas tiempo en el templo y aprovechar a limpiarlo, pero el por un contratiempo dijo que tardaría un poco, así que me adelante, empece la limpieza pero a eso de unas horas comenzó hacer mucho frio y me acurruqué en una banca de madera muy vieja hasta quedarme dormida. Entre sueños escuché los pasos de una persona entrando al templo, y sentí como se sentó a lado mio en la misma banca y puso su mano sobre mi cabeza.

Avergonzada me paré de golpe para disculparme por haberme dormido allí, pero al incorporarme a la realidad no había nadie.

Ya había anochecido y no habían postes de luz y ni rastros de mi novio, así que con la luz de mi celular recorrí toda la montaña. Sobándome los ojos camine en plena oscuridad, tuve que apagar la linterna porque no tenia mucha batería.

Para no sentirme tan sola empece a tararear una canción, y vi a la distancia una niña que me miraba escondida entre los arboles, me pareció curioso ya que por aquí no venia mucha gente, lo primero que se me vino a la cabeza es que la niña se había perdido.

Camine hasta ella y le dije...

-estas perdida?

y ella me quedo mirando con un mirada tierna de sus pequeños ojos chinitos, entonces le volví hacer la pregunta

-pequeña estas perdida?, donde esta tu mamá?

Ella me miro y sonrió, enfoque mis ojos a su sonrisa, note que tenia los dientes podridos. Por un momento me perdí en mis pensamientos intentado buscar una respuesta de que hacia una niña pequeña ahí.

Pero una risa de voz gruesa me volvió de nuevo a la realidad. Entre carcajadas me miraba aquella niña con unos ojos intimidantes. Sujeto mi mano y entre jalones comenzó a arrastrarme, con mis pocas fuerzas intente peñiscarla pero era inútil. Agarre el celular e intente pedir ayuda, pero la señal no funcionaba. Entre batalladas para que me soltara de la mano, acerque mi boca contra su pequeña muñeca pálida y le di un mordisco, haciendo que me suelte para rápidamente correr hasta la salida, sin mirar atrás corrí y salí de la montaña.

Al llegar al departamento estaba oscuro y no había nadie, aun con el susto encima me metí a la cama y llame a mi novio, pero no respondía. Me quede dormida hasta el día siguiente.

Los rayos del sol me despertaron, prendí la televisión mientras preparaba algo para comer y no sentirme sola, cuando en las noticias escuche que habían encontrado el cadaver de mi novio en aquella montaña.

Cortos de terrorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora