Pesadilla

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Cuando era niña vivía en mi ciudad muy bonita, pero cuando cumplí mi mayoría de edad decidí que me mudaría de casa. Al llegar a otra ciudad encontré una de esas casas antiguas, se veía tan acogedora, así que decidí rentarla. La casa tenía dos pisos y yo era la única que dormía en el primer piso, ya que en el segundo piso aun no vivía nadie.

Una noche mi perro empezó a ladrar desesperadamente en la sala y se metió corriendo a mi cuarto, ladrándole a la puerta, como si no quisiese que nadie entrase, me pareció raro que este ladrando a la puerta, me pare de la cama y revisé, pero no había nadie, así que decidí dormir.

Momentos después me desperté sintiéndome muy incómoda, extraña y, sin motivo alguno, empecé a sentir mucho miedo. Me acurruqué de lado intentando dormir cuando, de pronto, sentí a alguien abrazándome por detrás sin dejarme mover ni gritar.

Cerré los ojos muy fuerte y pensé en todos los rezos que me sabia, escuchaba como mi perro me ladraba, dirigí la mirada y vi una sombra sonriéndome cabramente, cerré los ojos y seguí rezando hasta que me quedé dormida. Nunca supe si fue de verdad o solo una pesadilla



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