Una fría noche de invierno, cinco amigos decidieron hacer una caminata por el bosque cercano a su casa. Después de un par de horas, se dieron cuenta de que se habían perdido y la oscuridad ya había caído.
En su búsqueda de un camino de regreso a casa, encontraron una pequeña cabaña abandonada en medio del bosque. Decidieron pasar la noche allí y buscar ayuda a la mañana siguiente.
Mientras se instalaban en la cabaña, comenzaron a escuchar ruidos extraños que venían de a fuera. Al principio, pensaron que era solo el viento, pero luego empezaron a sentir como si algo los observara desde las sombras.
Poco después, uno de los amigos desapareció sin dejar rastro. Los otros comenzaron a buscarlo en la cabaña y en sus alrededores, pero todo lo que encontraron fue un rastro de sangre que conducía a la puerta principal.
Con el miedo apoderándose de ellos, los amigos decidieron huir de la cabaña. Pero a medida que se adentraban en el bosque oscuro, comenzaron a ver figuras extrañas moviéndose entre los árboles.
De repente, otro de los amigos desapareció. Los que quedaban intentaron huir de vuelta a la cabaña, pero se encontraron con la entrada bloqueada por una criatura aterradora.
La criatura tenía una apariencia inhumana y espeluznante. Su piel era pálida y arrugada, como si hubiera pasado siglos bajo tierra o en las profundidades del mar. Sus ojos eran rojos brillantes y parecían estar en llamas, emanando una luz demoníaca que iluminaba la oscuridad a su alrededor. Su boca estaba torcida en una sonrisa siniestra y malvada, llena de dientes afilados como cuchillos.
La criatura era alta y esbelta, con extremidades largas y delgadas que se movían con una agilidad sobrenatural. Su cuerpo estaba cubierto de cicatrices y heridas profundas, lo que sugería que había enfrentado batallas épicas con otras criaturas igualmente aterradoras. A pesar de su apariencia terrorífica, la criatura parecía ser inteligente y astuta, capaz de calcular y anticipar los movimientos de sus presas con una precisión aterradora.
Cuando la criatura se movía, emitía un sonido de rasguños y crujidos, como si fuera una maraña de ramas y hojas secas moviéndose al viento. Su presencia era inquietante y su aura malvada era capaz de paralizar a cualquier ser vivo que se cruzara en su camino.
La criatura comenzó a perseguir a los amigos restantes, quienes se dividieron en un intento de escapar. Pero uno por uno, fueron capturados y arrastrados a la cabaña abandonada, donde la criatura los esperaba con su mirada sádica.
A medida que la noche avanzaba, los gritos de terror y dolor resonaron en todo el bosque. La cabaña parecía estar viva con los sonidos de los horrores que sucedían dentro. Nadie en el pueblo volvió a ver a los cinco amigos, y la cabaña abandonada permaneció como un recordatorio aterrador de los peligros que esperan en las profundidades del bosque.
