Siempre Te Amare.

30.

SASUKE

Llegue de nuevo al hospital al entrar al cuarto de sakura los bebés estaban ahí, sakura cargaba a uno y el otro aún estaba en la incubadora.

— Hola— hable y sakura me miro y sonrio. Yo me acerque a ella y bese su mejilla, mire sus brazos y era el bebé el que estaba en su brazos.

— Por fin he podido amamantar— dijo en un alivio dandole pecho a nuestro hijo.

— ¿Cómo sigue?

—Hicieron su cirugía y parece que se está mejorando.

— ¿Y ella como sigue?— Dije mirando la incubadora 

— Mejor aunque alguien la carga y quiere llorar, así que la deje ahí.—  Me levanté decidido a abrir la incubadora y la tomé en brazos vi que iba a llorar pero después se quedó refugiada en mi pecho.

Acaricie su mejilla y ante ello, ella rio. Mire a sakura sorprendido y comence a reir bese la mejilla regordeta de mi hija 

— ¿Y sarada? —Me pregunto Sakura.

— En la escuela.— Me recoste al lado de sakura. 

—¿Por cuánto tiempo has estado bebiendo? tu boca huele a eso.

«Desde que me dieron de alta» quise decirle, pero en cambio solo decidí ignorarla y acomodarme mejor en la camilla. 

Recosté a mi hija en mi pecho y ella se aferró a mi camisa, sakura recosto a mi otro hijo en el espacio que aún tenía en mi pecho. Sentí mis ojos pesados y el calor de los bebés me hizo quedarme dormido.

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— ¡Sasuke!— Me levanté de golpe y los bebés comenzaron a llorar,por el repentino movimiento. Tenía una cara de sudor en mi frente sakura me miraba preocupada.

— ¿Qué pasa?—Pregunté preocupado.

— Estabas teniendo una pesadilla. 

— oh eso. No pasa nada.—  Mire a los bebés le entregue la niña a sakura y yo me quede con el niño comencé a arrullarlo, según Ino él había mejorado pero debía estar tranquilo.

— ¿Qué soñaste?

— Nada.

— Sasuke.— Intentó llamarme sakura.

—  No por favor- mi tono de voz fue suplicante, no quiero hablar de las pesadillas, son eso, son solamente eso y nada más—  Tengo que ir por sarada en una hora vendré - no espere una respuesta salí apurado de la habitación.

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— Papá— sarada abraza mis pies y yo me agacho y beso sus cachetes— ¿Cómo están los bebés?

— Te tengo una sorpresa.— ella me sonrió y tomé su mano, a mis lados habían madres mirándome como si fuera una maravilla, lo cual me irritaba. Camine hasta el auto con sarada abroche su cinturón y ella me tomo la mano.

— Ella nos volverá a hacer daño?— preguntó Sarada y sabia que se refería a Hinata.

— No, ella está muerta— y agradezco tanto por eso.

— Le hizo mucho daño a mamá.— Asenti 

— Si se lo hizo— y yo también lo hice.

— ¿Puedo ver a mis hermanos?— asentí. Tome mi lugar en el volante y respire profundo para luego dirigirme a el hospital. No me gusta que Sarada esté en un ambiente de hospital pero dadas las circunstancias no hay otra manera.