Siempre Te Amare.

8.

Sakura

—Este lugar es hermoso— dijo contemplando la ciudad desde donde estábamos.

—Si...

—¿Sakura?— me llamó.

—¿Si?— lo mire y después desvíe mi mirada de nuevo a la vista.

—¿Cómo conoces este lugar?

—Aqui venía cuando me sentía mal no médicamente, sentimentalmente— le dije mirando las rocas debajo de nosotros.

—¿Haz traído aquí a sarada?

—No solo cuando estaba embarazada llevo bastante tiempo de lo venir pero ya me hacía falta estar aquí.

—Lo que te dije en el hospital era cierto— eso me llamo la atención y lo mire.

—¿Hablas de que sabías la verdad me seguiste tratando como basura y después de todo me dices que me amas aunque en nuestra relación jamás lo dijiste? Es imposible creer eso sasuke.

No quería escucharlo solo quería estar en silencio procesar lo que ví en ese televisor, saque mi cajetilla de cigarros y cuando lo iba a encender sasuke tomo todo y lo voto por el precipicio por donde estábamos mirando la ciudad.

—Deja eso, no te hace nada bien volver a esa adicción— me recordó.

—Tiraste toda mi  caja y mi encendedor— Yo le recordé.

—Lo se— me dijo encogiéndose de hombros.

—Sabes que no puedes hacer esto ¿cierto?volver a mi vida y volver a ponerme normas ¿cómo si fueses mi novio?

— Sakura...— intento hablar pero ya sabía para donde se dirigía está conversación.

—Por favor no quiero hablar de lo que fuimos solo se por hoy un amigo que me presta su hombro para llorar o para decir todo lo que estoy sintiendo ahora— dije moviendo exageradamente mis manos.

—Pero...— iba a protestar y voltee mis ojos.

—Sasuke por favor — me senté en al gran roca atrás de nosotros Sasuke se sentó a mi lado y coloque mi cabeza en su hombro.

—¿Cómo fueron los primeros años de Sarada?

—Su primer año hmp tenía tu humor recordé cuando tú madre me mostró una foto de tu de pequeño con el seño fruncido y cruzado de brazos ella era así.

—Asi que mi humor lo saco ya veo porque es tan testaruda.

—Lo testaruda es lo mío,ella saco tu humor de la forma gruñona creeme no la quieres ver enojada—le dije señalandolo con mi índice.

—No lo dudo.

—Dos años de edad aprendió muy rápido a caminar  recuerdo que un día no dejo de llorar porque le pusieron una vacuna, ese día no pude estudiar porque mi pequeña necesitaba a su madre—dije recordando ese momento— tercer año sus primeras palabras.

—¿cuál fue la palabra misteriosa?

—¿En serio quieres saber?— rei al recordar la palabra.

—Si— esbozó una sonrisa mirándome— quiero saber.

—Su primera palabra fue... Pancake— ví como saco una carcajada y yo lo acompañé.

—Ya decía yo que ese apetito horroroso tuyo se lo pasaste a nuestra hija— me dijo y yo puse mi mano en mi pecho ofendida.

—¡Ey los pancakes son extraordinariamente ricos!— me defendí.

—Y más los que yo hacía— y era cierto.